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Afectaciones en niñas, niños y adolescentes por confinamiento y pandemia

En estos meses de pandemia, más de 37 mil niñas, niños y adolescentes se han enfermado y, lamentablemente, 384 han fallecido por esta causa. Desafortunadamente, la principal fuente de contagio

hace 3 años

Última Publicación Peñoles reconoce la dedicación y lealtad de sus trabajadores en Torreón y Bermejillo por Editorial public

En estos meses de pandemia, más de 37 mil niñas, niños y adolescentes se han enfermado y, lamentablemente, 384 han fallecido por esta causa. Desafortunadamente, la principal fuente de contagio son las personas con las que conviven a diario por lo que es muy importante que los jóvenes y los adultos sigan cuidándose, siguiendo las medidas de higiene y distanciamiento social para evitar contagios dentro de casa y en la comunidad.

Pero además del impacto a su salud, en México, las consecuencias de la enfermedad y del confinamiento para prevenir el contagio se presentan en otros aspectos de su vida, por ejemplo:

Ante la delicada situación que por la que han pasado las niñas, niños y adolescentes en el país, OutletMinero se ha acercado a profesionales de la salud para poder abordar con mayor profundidad el tema y encontrar posibles soluciones que ayuden a apoyar a los pequeños y jóvenes del hogar.

En esta ocasión entrevistamos a la Doctora María Concepción Reveles Torres, quien es Especialista en el Manejo de técnicas de Psicoterapia, ante la problemática que surgió con la pandemia del COVID-19, realizó varios diplomados y especialidades, resaltando: la Especialización en Psicología Transgeneracional. la Doctora María Concepción ha mantenido actualizándose por lo cual ha recibido el título de Perito en Grafología y Grafoscopía y la Especialización en Trastornos de la Conducta Alimenticia en 2021; y su más reciente designación como Especialista en Detección de Mentiras y Patrones de Personalidad.

¿Ha tenido algún impacto en el desarrollo mental de los niños y adolescentes la permanencia de ellos en sus hogares y la falta de convivencia en escuelas o eventos?

Estamos desconcertados, procesando la nueva forma de vida existiendo varias posturas en la sociedad; hay quienes están sumamente preocupados, no quieren salir para no contagiarse, y hay la otra postura donde dicen «no es para tanto, todos nos vamos a contagiar». Los efectos de la pandemia han dado lugar a situaciones estresantes para las familias, que pueden desembocar en alteraciones en las emociones y la conducta de los menores y adolescentes; siendo estos los más afectados, sintiéndose en medio de dos posturas que no saben manejar.

Los niños y adolescentes tienen un pensamiento egocéntrico, un pensamiento mágico, y ellos  sacan conclusiones que no necesariamente son ciertas, es decir, imaginan situaciones que no sucederán; por ejemplo: la idea de perder algún familiar por el hecho de ser mayor, o la idea de ya nunca regresar a la escuela o «qué maravilla estoy de vacaciones en casa», y no es así; tenemos que ubicarlos en el aquí y el ahora, nuestros hijos tienen la capacidad de saber la verdad con la sinceridad de sus padres, esto es lo que más tranquilidad les da.

El impacto psicológico de la cuarentena por el COVID-19 durante el confinamiento, 2 de los factores que más afectaron el bienestar físico y psicológico de sus habitantes fueron la pérdida de hábitos y rutinas, así como el estrés psicosocial.

En situaciones de incertidumbre, la preocupación y el estrés pueden derivar en manifestaciones de ansiedad y depresión.

Un elemento importante a destacar en estas situaciones, es la vulnerabilidad; los modelos psicopatológicos en este sentido muestran la existencia de sujetos, que por sus características presentan más riesgos de afectación psicológica; dados principalmente por su edad, sexo, estructura familiar, nivel educativo, origen étnico y condición física y/o mental. Si a lo anterior se suma una complicada situación económica, la incertidumbre generada por la pandemia, unido al peligro potencial de infección y desarrollo de la enfermedad, el riesgo aumenta.

En medio de este escenario de cambios inesperados y situaciones amenazantes, transcurre la vida de un colectivo de especial atención: los niños y adolescentes, quienes también se imbrican a los temores y dificultades que tienen que superar sus cuidadores. Aunque es innegable su vulnerabilidad, también son distintivas su capacidad de adaptación, asimilación y creatividad, cualidades que permiten su transición exitosa por situaciones insospechables. Entonces habría que valorar en qué condición estaría esta población y cuáles serían sus perspectivas ante esta repentina y compleja experiencia.

En tiempos de pandemia, los niños y adolescentes son especialmente vulnerables. Desde el punto de vista personal, el constante desarrollo de estructuras y funciones, propician esta condición, sobre todo en el sistema nervioso, que es uno de los más imperfectamente desarrollados de manera específica en el aspecto funcional. En estas situaciones de crisis se consideran las características de personalidad en estructuración, los antecedentes familiares y personales de trastornos psíquicos y abuso de sustancias, unido a experiencias de estrés, maltrato, abuso sexual, así como pérdida de uno de los progenitores. En relación con el ambiente, la estructura y funcionalidad de la familia, las condiciones de la vivienda, la situación socioeconómica que rodea al menor, unido a la existencia de recursos materiales y emocionales para afrontar el evento, juegan un papel importante en la vulnerabilidad de los más jóvenes.

Los problemas de salud mental en menores no solo tienen que ver con el miedo a un virus invisible, sino también con el distanciamiento social; la incapacidad para desarrollar las actividades cotidianas y participar en acciones gratificantes durante este periodo, pueden ser desafiantes para niños y adolescentes e impactar negativamente en la capacidad para regular con éxito tanto el comportamiento como las emociones.

La relación entre largas cuarentenas y mayor angustia psicológica puede manifestarse como pesadillas, terrores nocturnos, miedo a salir a la calle o a que sus padres vuelvan al trabajo, irritabilidad, hipersensibilidad emocional, apatía, nerviosismo, dificultades para concentrarse e incluso leve retraso en el desarrollo cognitivo. La incertidumbre del retraso académico generado este año puede dar lugar a ataques de ansiedad o crisis de angustia,que de cronificarse, podrían convertirse en trastornos de pánico con agorafobia o sin ella.

En estas situaciones amenazantes y de gran incertidumbre, el menor no está en condiciones de resistir el estrés que le generan sin afectarse, de tal modo, que pueden agravar los problemas psicológicos previos del niño o adolescente, o surgir nuevas dificultades en colectivos especiales con alguna condición de discapacidad.

Los menores con psicopatologías previas, discapacitados, institucionalizados, quienes viven en la pobreza, aquellos que sufren de violencia intrafamiliar, depresión o consumo de sustancias son los más vulnerables. Adolescentes con cuadros depresivos previos, quienes no habían tenido contacto anteriormente con el servicio de salud mental, requirieron hospitalización durante el confinamiento; si antes podían distraerse de los pensamientos negativos, pues podían compartir con amigos y practicar deportes o actividades culturales, el confinamiento hizo que sus preocupaciones y sensación de aislamiento se multiplicaran.

Existe una notable prevalencia de estrés postraumático en niños y adolescentes, cuando luego de varios meses de haber vivido un evento así, presentan tristeza y ansiedad desproporcionada, experimentan visiones de dichos eventos (flashback), alteraciones del sueño, irritabilidad, entre otras. También en niños con desajustes psicopatológicos previos puede evidenciarse una exacerbación de los síntomas tras el confinamiento, como sucede en aquellos con apego ansioso a sus cuidadores, lo cual propicia el rechazo al reinicio de la actividad escolar. Los menores con rasgos de introversión y tendencia a preocuparse en exceso podrían manifestar reacciones ansiosas, anticipaciones aprensivas de amenazas, miedo al contagio, síntomas obsesivos-compulsivos, manifestaciones depresivas, entre otras; todo lo cual favorece a comportamientos de evitación que afectan el funcionamiento general.

Por otra parte, padres y profesionales de la salud deberán vigilar la evolución de las manifestaciones psicológicas consecutivas a este evento, en el sentido de su intensificación y prolongación en el tiempo, lo cual genera limitantes para el desarrollo normal y adquiere un significado psicopatológico. Atención especial que requieren los niños discapacitados, aquellos cuyos cuidadores presenten inestabilidad económica o psicopatologías previas, también los que hayan sufrido la pérdida de un ser querido o la separación de este, siendo propensos a presentar problemas psicológicos.

Preparar la incorporación de niños y adolescentes a la normalidad supone un reto. Tras una ausencia prolongada a la escuela, podrían repuntar los casos de rechazo escolar; por tanto, es preciso regular hábitos y horarios en los menores. Con respecto a las nuevas tecnologías, el aumento drástico de su uso en este periodo supone medidas de regulación en este sentido. Este proceso debe ser espontáneo, gradual y sistemático.

Si se mantienen rutinas y hábitos saludables, y se proporcionan los apoyos necesarios por parte de los cuidadores, pudiera esperarse que la mayoría de los menores recuperen su funcionamiento normal.

Contrario a lo que se podría pensar, en esta etapa será imprescindible la evaluación, el seguimiento y la atención sistemática por profesionales de la salud mental a la población infanto-juvenil en todas las esferas de su desenvolvimiento.

¿Cómo Afecta la nueva relación virtual (uso de apps como Whatsapp, Facebook, TikTok) y la sobre exposición?

Las redes sociales se han convertido en un fenómeno irreversible en constante despliegue de posibilidades para las relaciones con otras personas, y aluden a que, en una red social, pueden encontrar con quienes compartir intereses, preocupaciones o necesidades. Estas redes dan la oportunidad de que las personas se sientan integradas a un grupo, accedan a un amplio cúmulo de información de la más diversa naturaleza; pero, sobre todo, los adolescentes y jóvenes e incluso niños, pasan muchos momentos de su vida en el entorno virtual, limitando los espacios de sociabilidad y de intercambio físico.

El mal uso de estos sistemas puede causar distracción, pérdida de tiempo y de privacidad, entre otros aspectos negativos; sin embargo, existe un consenso en que las redes sociales pueden ser útiles no sólo a profesionales y empresas sino también constituyen una interesante herramienta para los estudiantes, pues le permiten trabajar en grupo; sobre todo, aquellos que les resulta difícil coordinar, juntarse con algunos compañeros para realizar algún trabajo colegial, institucional o participar en actividades sociales, tienen en las redes sociales, una opción sin precedentes.

Estas ventajas, y el progresivo desarrollo de las tecnologías que sirven de soporte a las redes sociales, explican la amplia demanda de su utilización en la vida cotidiana, llegándose a convertir en un recurso imprescindible para el aprendizaje a lo largo de la vida, pero también otorga significado a la repercusión que esta tiene en el desarrollo de la personalidad según el momento de la vida en que se encuentren.

La adolescencia en particular quizás sea una de esos períodos de la vida en que la frecuencia y utilidad de internet y las redes sociales aporten de manera progresiva, partiendo del control por parte de padres y maestros acerca de qué, cuándo y dónde utilizar las redes sociales sobre todo de aquellas que, ocupa los primeros  lugares en los rankings de visitas.

En los últimos años las redes sociales se rigen como el medio de comunicación más importante en la actividad humana, y han llegado a catalogarse como un fenómeno, sin antecedentes al crear las posibilidades para que las personas puedan relacionarse en línea y establezcan un intercambio dinámico y comunicativo, basado en amistad, intereses, actividades en común, o están interesados en explorar vínculos con otras personas. Considerada como una herramienta social que conecta personas con sus amigos y otras personas que trabajan, estudian y viven cerca de ellos.

Esta interacción, se sustenta en el uso de las herramientas tecnológicas diseñadas para la creación de comunidades de personas en las que la comunicación de una forma instantánea permite intercambiar ideas, reencontrarse con otras personas, compartir e intercambiar información en diferentes medios; de igual forma también son utilizadas por grandes empresas, organizaciones y compañías para divulgar sus productos y servicios, abriendo un encuentro más cercano entre sus clientes.

Por su naturaleza, el despliegue de redes disponibles para todos los gustos, edades e intereses, privilegia a unas más que otras, lo que se puede confirmar al apreciar su uso y manejo. Permiten exponer información personal, enviar y leer textos, compartir fotografías; cada vez más estas redes sociales aumentan el número de usuarios, ganando adeptos entre los jóvenes y adolescentes.

Entre las características específicas que hacen a las redes sociales más atractivas, está vinculado a que han sido creadas y dirigidas por los mismos usuarios. Ellos se encargan de generar y difundir información dentro de la misma, son interactivas y poseen un conjunto de opciones con el objetivo de entretener al usuario; permitiendo contactarse con personas con las que se han perdido comunicación en años y a su vez les posibilita manejar intereses comunes entre sí, facilitando el acceso a la información publicada a través de una red de contactos, favoreciendo la comunicación directa, intercambio de información, fotografías, juegos, foros, servicios de mensajería y webcam, etc.

Todas estas características le atribuyen ventajas de uso, entre las que se identifican las posibilidades para crear una identidad, ya sea virtual o personal, establecer la comunicación directa sin barreras. Buscar a amigos, familiares o personas conocidas, intercambio de ideas, actividades e intereses.

Las redes sociales favorecen la participación de que un determinado grupo se encuentre en línea, desplegando el aprendizaje fuera de aula, aumentando la popularidad de un usuario; pero, el mal uso de ellas puede ocasionar prejuicios no solo al usuario, sino a sus familiares, amigos y en algunos casos a un país. Entre las desventajas más frecuentes se identifican la invasión de privacidad por hackers, la adicción, exponer pornografía y pedofilia.

El análisis de las implicaciones explica la necesidad de atender a las desventajas, sobre todo, relacionadas con el aislamiento físico de las relaciones y la proliferación de comportamientos delictivos asociados a la suplantación de personalidad, el apoderarse de los contenidos que se publican o vincularse a situaciones de acoso y abuso sexual, secuestro y tráfico de personas. Se estima que un 6% de adictos a internet, consumen una gran cantidad de tiempo y que el exceso de información produce sobrecarga, dificultando la discriminación de contenidos y el equilibrio en el tiempo utilizado.

Todas las adicciones agrupan una serie de desórdenes psicológicos relacionados con una tendencia compulsiva por actividades en línea, cyber-romances o al cyber-sexo. También se identifica la adicción a las actividades en línea, que incluye la navegación web, el juego de azar en línea, la obsesión con la programación, con los juegos de computadora.

Pero la mayor preocupación en los últimos años se asocia al creciente número de adolescentes que acceden a internet y se hacen adictos a las redes sociales. En general los jóvenes, tienen en el ciberespacio una oportunidad más para sus necesidades de comunicación e identidad. Sin embargo, ello no significa ruptura con sus otros espacios.

No obstante, la actividad realizada por los cibernautas adolescentes tiende a direccionar el entretenimiento en detrimento de otras opciones educativas. En general, la mayoría de los jóvenes consideran que la característica más importante de internet, es la interacción de datos personales, dejando de lado las bibliotecas virtuales y otros espacios instructivos.

La influencia de las redes sociales en los adolescentes estudiantes es un problema mundial que se acrecienta de manera irremediable. El avance tecnológico posibilita que estos tengan la oportunidad de contar con celulares inteligentes, Tablet y computadoras que facilitan el acceso a internet y a la diversidad de redes sociales que permiten la información en tiempo real, por medio de videollamadas, blogs, chats y videoconferencias. Sin embargo, insisten en que el uso de esta plataforma ayuda a la eficacia personal de cada individuo, pero, no influye en la vida social de estos.

Estas preocupaciones no han encontrado una solución eficaz a esta situación; pero, en sus opiniones, lo que más afecta a los adolescentes es la falta de criterio para enfrentar de manera crítica la información y las relaciones que establecen en la red. Advierten que los adolescentes no disponen de un filtro de información que permita valorar el correcto uso de estas, lo que influye en que se convierten en presa de situaciones negativas.

Los especialistas y estudiantes consultados, coinciden en que las redes sociales pueden influir de manera positiva en la construcción de metas de sus usuarios, pero es preciso recordar que en la adolescencia no es posible asistir el nivel afectivo de la socialización por el entorno virtual, pues la búsqueda de aceptación de los demás que estos tienen, ha comenzado a identificarse como una adicción, limitando la actividad física y afectando las actividades propias de la edad, sobre todo el rendimiento académico y la sociabilidad en contextos físicos de vida cotidiana, sustituyendo estos por el entorno virtual.

Las causas que atribuyen psicólogos, docentes, directivos educativos y padres con respeto al incremento de los adolescentes adictos a las redes sociales, están relacionadas con el hecho de que la información es ya un componente clave de la vida social y ha llegado a convertirse en un atributo cultural y fundamental que puede excluir al que no se inserte.

En este mismo orden, reconocen también que de lo que se trata, es de buscar un equilibrio entre las actividades que deben realizar los adolescentes para asegurar su desarrollo físico, intelectual y afectivo, para lo cual es necesario favorecer la realización de las actividades necesarias a esta edad. Padres y educadores, deberán asumir entonces, el guiar a los estudiantes en este proceso. No olvidemos pues, que la era información colocó la virtualidad como piedra angular del desarrollo económico y sociocultural y cultural y que es el desarrollo tecnológico quién guiará el cambio en los años venideros.

¿Cómo podemos evitar el deterioro de su capacidad social?

La adolescencia puede ser una etapa complicada y en pandemia aún más.

Los cambios en la rutina y el encierro obligan a adaptarse deformas diferentes de emplear su tiempo.

Sabemos que están perdiendo momentos importantes y que extrañan ver a sus amigos, ir al cine a practicar algún entrenamiento del equipo de su escuela, algún evento social, etc.

Repercutiendo en su socialización imposibilitando su desarrollo socioafectivo perdiendo situaciones diarias de resiliencia, respeto, tolerancia a la frustración, negociación; haciéndolos más carentes en emociones y situaciones que te forman carácter.

Las recomendaciones para ello son establecer horarios para la actividad escolar, de recreación y de descanso, regular hábitos, leer un libro, organizar su habitación, ver tv, redes sociales regulando el tiempo en pantalla, ejercicio físico.

Reconocer sus emociones donde sepan es normal sentirse con miedo, tristeza, enojo. Lo único que puede hacer un sentimiento doloroso es aceptarlo. Permitiéndole estar triste, ya que si lo hace, hará más conscientes sus emociones, y así fluir y llegar más rápido el momento de que se comiencen a sentir mejor.

Cada persona maneja sus emociones de distinta forma, sintiéndose conectados con actividades que les generen tranquilidad y así sentirse conectados estando en contacto con amigos, familiares o personas que les den tranquilidad, ya sea en forma virtual o  presencial con sus debidos cuidados de sana distancia.

Buscar generar formas útiles al emplear su tiempo, usando la creatividad, escribiendo una historia, sus pensamientos, su sentir.

Los amigos son parte fundamental en su actuar diario, por ello, ocupan pasar tiempo con ellos a través de videollamadas o con sana distancia; ya que, a la vez que practican el distanciamiento social, inventando formas creativas de convivencia, escuchar música, estudiar algún instrumento, se sienten acompañados y empáticos; acompañando y siendo residentes.

Siempre siendo parte de la solución enseñando a ser.

Los niños dependen más del entorno social y juego físico para su desarrollo cerebral;  además, en el momento del confinamiento. no tenían establecido un sistema de comunicación a través de las redes sociales por lo tanto quedaban más limitados.

Para ellos es importante que los padres generen ese acompañamiento, que les permite no sentirse solos y abandonados, estando más en convivencia con ellos, donde se conozca más sus habilidades y se motive a autodescubrirse y generar en ellos esa validación personal, fortaleciendo su autoestima.

Cuando acudir a un profesional

La salud mental es un tema que cada día se hace más relevante en nuestras vidas; aunque para muchos es un tema tabú saber cuándo y por qué acudir a un especialista, sea psiquiatra o psicólogo, se transforma en algo fundamental. La vida cotidiana no es silenciosa, tiene síntomas físicos y emocionales casi a diario.

Se acude cuando un síntoma se hace persistente, más intenso o se suman otras manifestaciones. En pandemia, se ha visto desbordada esta situación, pues ha generado mucha angustia e incertidumbre y afectan el estado de ánimo; lo cual son suficientes para pedir ayuda, lo usual es hacerlo cuando esos síntomas perturban actividades cotidianas como el trabajo, vida familiar o de pareja, funciones habituales como la capacidad de concentración y la memoria. Asimismo, es importante acudir a un especialista si estas alteraciones afectan los ciclos y ritmos biológicos como el apetito o el sueño.

Es importante que el profesional al que acudan descarte razonablemente si los síntomas son manifestaciones de otra enfermedad antes de estar seguros de que la queja corresponda a un trastorno emocional.

Conocemos a nuestros niños y adolescentes, y podemos percibir si tienen cambios que nos generen duda de que estén bien, como al ver alteraciones en la forma de percibir el mundo y a ellos mismos y ver si persiste triste por periodos prolongados.

Una vez que acudan al especialista dará indicaciones necesarias que pueden incluir fármacos, tratamiento psicológico, terapia individual, familiar etc.

Viendo su comportamiento y evaluando en cada caso particular el tratamiento que requiera cada niño y adolescente. Sin minimizar cualquier síntoma o estado de ánimo, en salud mental todo empieza siendo cuestión de actitud y no siempre se supera de esta forma.

El profesional de salud sabrá guiarlos para superar cualquier situación que se deba corregir y así ellos liberarán sus miedos y frustraciones de manera sana y segura.

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Más sobre la Doctora María Concepción Reveles Torres

María Concepción Reveles Torres nació en mayo de 1977. Comenzó su carrera estudiando Psicología, completando su formación en 1999 al graduarse con el título de Licenciada en Psicología desde la Universidad Autónoma de Zacatecas; especializándose en Psicología Infantil, Clínica y Educativa.

Trabajó en la estancia en el Desarrollo infantil no. 23 ISSSTE, colaborando en el área de Psicología en Estimulación Temprana alrededor de 1997. Cerca de junio del 2000, trabajó en el Centro de Capacitación de la Transmisión de Habilidades Interactivas en el Aprendizaje, obrando como coordinadora grupal; para unos meses más tarde, en marzo del 2001, fundar el Centro de Estimulación Temprana ‘Plastilina’, dando evaluación, diagnóstico y tratamiento a niños de cero a seis años.

Laboró en el Área de Docencia y Tutoría Psicopedagógica de la Universidad de Tolosa en 2002; año en el que también fue reclutadora de Selección y Evaluación de personal a empresas independientes. Un par de años después, en 2004, estuvo en el Área del departamento de Psicología, Motricidad, Intervención Temprana y Docente en el Colegio Everest, Zacatecas, donde también formó parte del reclutamiento de personal. Se especializó en el Manejo de técnicas de Psicoterapia en 2010, al mismo tiempo que comenzó a dar consultas privadas en terapia individual, familiar y de pareja, consultas que sigue haciendo en la actualidad.

Años más tarde, y gracias a la problemática que surgió con la pandemia del COVID-19, María Concepción realizó varios diplomados y especialidades, resaltando: la Especialización en Psicología Transgeneracional, realizada en 2019; su nuevo título de Perito en Grafología y Grafoscopía en 2020; la Especialización en Trastornos de la conducta alimenticia en 2021; y su más reciente designación como Especialista en Detección de Mentiras y Patrones de Personalidad.

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Publicado hace 3 años

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