Alimentos

Las alarmas están encendidas: los precios mundiales de los alimentos alcanzaron en marzo un nuevo máximo histórico

Por: Moisés Gómez Reyna

Lo que podría incrementar el hambre, afectando duramente a los más pobres y profundizando la desigualdad.

La semana pasada, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dio a conocer que en marzo su índice de precios de los alimentos alcanzó un promedio de 159.3 puntos, aumentando 12.6% respecto a febrero, cuando había alcanzado su nivel más alto desde su creación en 1990 (hace 31 años).

Las causas ya las habíamos anticipado: Los precios internacionales del trigo, el maíz y los aceites vegetales han subido aceleradamente luego de la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que ha ocasionado perturbaciones en los mercados de estos productos básicos.

En particular, el Índice de Precios de los Cereales de la FAO registró durante el mes pasado un incremento de 17.1% respecto a febrero pasado y acumula un alza de 33.6% en comparación a marzo de 2021.

Vale la pena recordar que en los últimos tres años, Rusia y Ucrania juntas, representaron alrededor del 30% y el 20% de las exportaciones mundiales de trigo y maíz, respectivamente.

Aunque la guerra terminara relativamente pronto, cosa que no se vislumbra de momento, es muy probable que persistan los problemas en los precios de estos granos, ya que, según el Informe del organismo internacional, se estima que al menos el 20% de los cultivos de invierno de Ucrania que se plantaron, podrían ya no ser cosechados.

Además, la FAO redujo su previsión para el comercio mundial de cereales, que en la actual temporada comercial 2021-22 ascenderá a 469 millones de toneladas, mostrando una contracción respecto al nivel de 2020-21, en gran parte a causa de la guerra en Ucrania.

Ante este panorama, las expectativas apuntan a que la Unión Europea e India aumentarán sus exportaciones de trigo, mientras que Argentina, India y Estados Unidos enviarán probablemente más maíz al exterior, compensando en parte la pérdida de las exportaciones rusas y ucranianas.

Por otra parte, el índice de precios de los aceites vegetales subió en marzo un 23.2%, impulsado por el aumento de las cotizaciones del aceite de semillas de girasol, del que Ucrania es el principal exportador mundial.

Adicionalmente, el índice de precios del azúcar escaló un 6.7% respecto a febrero, y acumula un 20% de incremento en comparación a marzo de 2021.

En este caso, el alza del petróleo fue un factor que encareció el azúcar, junto con la apreciación del real brasileño.

La escasez de animales para sacrificio en Europa, por su parte, propició un aumento en la carne de cerdo, provocando que el índice de precios de la carne en general subiera un 4.8% en marzo, alcanzando un nuevo máximo histórico.

Finalmente, los costos de la mantequilla y la leche en polvo también se encarecieron, impulsando el índice de precios de los productos lácteos de la FAO en 2.6% respecto a febrero, mientras que respecto a marzo de 2021 presenta un alza de 23.6%.

En México hay otros factores que están encareciendo todavía más los alimentos: 1. Las extorsiones del crimen organizado a productores y 2. El desmantelamiento desde 2018 de la estructura de subsidios y apoyos al campo, por parte del actual Gobierno federal.

Como resultado de esto último, de 2018 a 2020, el presupuesto de la Secretaría de Agricultura cayó casi un -30%, mientras que la superficie cosechada de productos agrícolas en México se contrajo en casi un -18%.

El horno no está para bollos. Sería importante que como país analicemos la actual política agroalimentaria y tomemos medidas para evitar una mayor carestía, de lo contrario se dispararán los niveles de pobreza extrema y la carencia alimentaria.

Twitter: @gomezreyna