La transición hacia la electromovilidad avanza con paso firme en todo el mundo, y América Latina se perfila como un actor estratégico en este cambio estructural. Con el litio como recurso clave y el crecimiento de la capacidad industrial, la región se inserta en una dinámica que no solo redefine la manufactura automotriz, sino que también abre nuevas oportunidades de desarrollo tecnológico y económico.
Una transformación global en cifras
La Agencia Internacional de Energía (IEA) proyecta que las ventas de vehículos eléctricos (EV) llegarán a 20 millones de unidades nuevas en 2025, y si las políticas actuales se mantienen, representarán hasta el 40% de las ventas globales para 2030. Esta tendencia ha generado una demanda exponencial de baterías de ion-litio, impulsando la construcción de nuevas plantas de producción a gran escala.
Según datos de S&P Global Commodity Insights, la capacidad mundial para fabricar baterías pasará de 2,8 TWh en 2023 a 6,5 TWh en 2030, un crecimiento que exige procesos cada vez más eficientes y sostenibles.
Automatización: el motor de la eficiencia
En este contexto, empresas como Rockwell Automation han comenzado a desempeñar un papel fundamental en la optimización de la cadena de valor. A través de soluciones de automatización avanzada, buscan mejorar la trazabilidad, el control de calidad en tiempo real y la seguridad en el manejo de materiales altamente sensibles.
“El futuro de la producción de baterías depende de entornos industriales inteligentes, conectados y digitalizados. La automatización permite escalar de manera segura y sustentable”, asegura Israel Álvarez, consultor global de industria en Rockwell Automation.
Casos de innovación en la región
Un ejemplo destacado de la aplicación de estas tecnologías se encuentra en Norteamérica, donde The Shyft Group logró diseñar e implementar en apenas nueve meses un chasis ligero para camiones eléctricos de última milla. El modelo, concebido para recorridos urbanos de hasta 350 kilómetros, es una solución que combina innovación, sostenibilidad y eficiencia logística.
Un reto y una oportunidad para América Latina
La electrificación del transporte no solo representa un desafío de adaptación industrial, sino también una oportunidad única para América Latina. La combinación de sus reservas estratégicas de litio con la incorporación de tecnologías avanzadas de automatización podría convertir a la región en un eslabón clave en la competitiva cadena de suministro de la electromovilidad.
La pregunta no es si la región se integrará al futuro eléctrico, sino con qué velocidad y capacidad logrará posicionarse en un mercado global que avanza hacia un cambio irreversible.
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