Las fuertes lluvias de los últimos días provocaron deslaves en varios puntos de la Sierra Alta hidalguense, dejando incomunicadas a comunidades y poniendo en riesgo a decenas de familias. Ante esta situación, la empresa Autlán emprendió acciones inmediatas en coordinación con autoridades locales, representantes comunitarios y sindicatos para restablecer la conectividad y atender los daños.
Uno de los puntos más críticos se localizó en el tramo Ocotlán–Naopa, en el municipio de Molango, donde un derrumbe bloqueó por completo la carretera. Este camino es esencial para el tránsito de personas y el acceso a servicios básicos, por lo que la prioridad fue abrir de manera provisional un carril que ya permite el paso de vehículos mientras continúan los trabajos de limpieza y rehabilitación.
En el municipio de Lolotla, otro deslave interrumpió la carretera que conecta con Tenango. Para atender esta afectación, Autlán aportó balastro y maquinaria, mientras que el Sindicato de Camioneros Sección 161 colaboró en el traslado del material en más de 30 viajes, con el respaldo de la presidencia municipal.
Coordinación y diálogo
La empresa informó que los esfuerzos no se limitan a la apertura temporal de las vías. Se han instalado mesas de diálogo entre autoridades municipales, el propietario del predio afectado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y líderes comunitarios para diseñar una solución definitiva que garantice la seguridad y restablezca por completo los servicios de la zona.
“Es en momentos como estos cuando debemos trabajar hombro con hombro para salir adelante. Nuestro compromiso es con la seguridad de las comunidades”, señaló un representante de la compañía.
Voces y contexto
Si bien la respuesta de Autlán ha sido reconocida por algunos sectores, no faltan voces críticas que señalan la necesidad de abordar las causas de fondo de la vulnerabilidad de la región ante fenómenos naturales. Organizaciones comunitarias han pedido que se revisen las condiciones ambientales y se implementen medidas de prevención más estrictas.
A pesar de las diferencias, los avances en la reapertura de caminos han devuelto a las comunidades afectadas la posibilidad de trasladarse y acceder a atención médica, comercio y otros servicios esenciales.
Desafío a largo plazo
El reto ahora, coincidieron autoridades y representantes sociales, es garantizar que las acciones no se queden solo en la atención de la emergencia, sino que se traduzcan en soluciones sostenibles para prevenir futuros incidentes.
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