Avances de la minería en el campo espacial
La imaginación de los artistas que crean, de los científicos que inventan o descubren y de los emprendedores y hombres de empresa pioneros en su actividad, con lógicas diferencias en cuanto a las condiciones objetivas en que se desenvuelven, tiene puntos de contacto que los asemejan en el proceso de la creación.
Así lo demuestra el anuncio de que se autoriza formalmente la explotación minera espacial, cuestión que ya ha adquirido un nivel de reconocimiento en el orden legal, pues el Congreso de los Estados Unidos aprobó, a través de un Acta del Espacio, la explotación y el uso comercial de los recursos que orbitan en él, representados por un cinturón formado por miles de asteroides, con el agregado de la Luna, que suma otro atractivo económico. Se trata de una norma que tiene el objetivo de promover la exploración privada espacial donde los Estados Unidos no se reservaron derechos de soberanía, ya que lo impide el Tratado Internacional del Espacio Exterior.
Esta información puede asombrar y acaso asociarse a fantasías de escritores memorables como Julio Verne o Ray Bradbury, entre otros capaces de anticiparse a los datos de la realidad, o bien de investigadores concentrados en profundizar en el conocimiento del cerebro, como los especialistas en las neurociencias. Todos ellos, antes de progresar en el área de su vocación, han sabido demostrar un cierto coraje propio de los innovadores para arriesgar proyectos o anticipar resultados.
Es un hecho cierto que ya se han constituido empresas dedicadas a la preparación de los pasos por dar, con miras al desarrollo del ambicioso plan de continuar con la exploración del espacio, tarea indispensable para emprender luego la explotación de las riquezas contenidas en los asteroides.
El presidente Barack Obama ha firmado la ley que reconoce el derecho de explotación de los recursos presentes en el espacio y, consecuentemente, los derechos de poseer, usar y venderlos a quienes se consagren a su descubrimiento y comercialización.
Esta apertura a la conquista de valiosos recursos que abundan en los miles de asteroides supone acceder al logro de minerales como el oro, el platino, el hierro y el agua.
Los recursos tecnológicos y científicos de los que hoy se dispone superan ampliamente las realidades del pasado. Es admirable la disposición de quienes hoy emprenden esta aventura empresarial más allá de los límites del planeta. Sin duda, el incentivo de los bienes por conquistar es muy elevado y esa motivación alimenta el espíritu de aventura que poseen las empresas dispuestas. Según se ha informado, de un solo asteroide se podrían obtener 500 metros cúbicos de platino, cantidad superior a todas las minas terrestres.
Sin mucho esfuerzo puede estimarse que uno de los riesgos futuros puede residir en que se declare una cierta "fiebre por las riquezas minerales" con puntos de parentesco con la "fiebre del oro" que azotó California en siglo XIX. Es de esperar que la experiencia acumulada convoque al buen sentido y la explotación del espacio se realice con el criterio necesario y pueda evitar los daños ambientales que a menudo conlleva la explotación de minerales en nuestro planeta.
Fuente: LA NACION, Argentina