La mina Gahcho Kué es accesible solo por avión durante el verano y por una carretera de hielo durante el invierno. Está situada en la tundra canadiense, 280 kilómetros al noreste de Yollowknife, en el paralelo 63, justo debajo del círculo polar ártico, en los Territorios del Noroeste.
Después de dos décadas de exploración y construcción Gahcho Kué, la tercera mina del grupo De Beers en Canadá, fue inaugurada el martes de esta semana. De Beers controla 51% de las acciones y el otro 49% pertenece a la minera canadiense Mountain Province Diamonds.
De Beers estima que Gahcho Kué, cuyo costo es de aproximadamente 1 billón de dólares, tendrá una capacidad de producción total de 54 millones de quilates e inyectará alrededor de 6.7 billones de dólares en la economía canadiense en el transcurso de los 12 años que debe durar su explotación.
Canadá se clasifica en el tercer lugar de los grandes productores de diamantes en el mundo, detrás del Botsawana (África) y de Rusia. Solo en 2015, se extrajeron 11.7 millones de quilates de las minas de diamantes canadienses, lo que representa un valor de 2.1 billones de dólares.
Recordemos que la industria del diamante es importante para el sector minero canadiense y sobre todo para los Territorios de Noroeste, que cuentan con 3 de las 4 minas de diamantes del país (Diavik, Ekati y Gahcho Kué). La cuarta mina, Victor, se encuentra en Ontario y también es explotada el grupo De Beers, líder mundial en la explotación de diamantes.
Gahcho Kué y las Primera naciones
En la lengua indígena Chipewan, “Gahcho Kué” significa “lugar donde se encuentran los conejos grandes” y las Primeras naciones se han venido oponiendo al desarrollo de esta nueva mina de diamantes desde su comienzo. Y aunque finalmente parezcan aceptarla ahora, siguen inquietas por su impacto ambiental.
El temor de los indígenas está relacionado sobre todo con la subsistencia de las manadas de caribúes Bathurst, cuyo hábitat está situado alrededor de la mina, que dicho sea de paso es a cielo abierto. Según el gobierno del Territorio, la manada pasó de unos 350.000 a mediados de la década de los 90 a solo 35.000 en 2012. Los indígenas también están inquietos por el agua. Las empresas han drenado una parte del Lago Kennedy para poder construir la mina.
En 2013, el proyecto, que cubre 1.200 hectáreas, fue aceptado bajo ciertas condiciones por la Oficina de examen de las repercusiones del Valle de Mackenzie. Poco tiempo después 6 pueblos indígenas (North Slave Métis Alliance, Tlicho Government, Yellowknives Dene First Nation, Lutsel K’e and Kache Dene First Nation, NWT Métis Nation y Deninu Kué First Nation) firmaron con las mineras un acuerdo sobre las repercusiones y las ventajas.
La inauguración de esta cuarta mina en el Norte se produce en un buen momento, afirma Tom Hoefter, director general de la Cámara de Minas de los Territorios del Noroeste y de Nunavut, haciendo referencia al cierre de la mina de diamantes de Snap Lake y de la mina Cantung, cerca de la frontera con el Yukón. Alrededor de un centenar de mineros que perdieron su empleo fueron transferidos a Gahcho Kué.
Una vez que la mina alcance su ritmo normal de producción en 2017, Gahcho Kué tendrá 530 trabajadores, entre los cuales 45% son residentes del Territorio y 28% son indígenas.
Fuente: Radio Canadá/ Geneviève Normand/De Beers Group
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