CETLAR de Industrias Peñoles, brinda apoyo y crecimiento a jóvenes de Laguna del Rey
Justo a 210 kilómetros de Torreón, lejos de cualquier red móvil y donde el frío predomina cada velada, se encuentra Laguna del Rey, un pueblo minero que pertenece al municipio de Ocampo y que hace años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), era una de las zonas con mayor tasa de suicidios en el mundo.
De diciembre de 2014 a octubre de 2015, en esta comunidad se registraron seis muertes voluntarias -la mayoría fueron por personas jóvenes- entre sus mil 500 habitantes, cantidad que para la OMS representa una tasa proporcional de 133 suicidios por cada 100 mil residentes; 11.6 veces más que la media mundial (11.4) y 26 veces más que la de media nacional (5).
En aquel tiempo, según los lugareños, la tristeza podía respirarse en el aire. Hoy, tres años después, el panorama de este sitio es diferente. La sonrisa de la gente, en especial del sector juvenil, indica que todo ha cambiado y que hay más motivos para seguir viviendo.
LA EDUCACIÓN, EL PUNTO DE PARTIDA
Datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), enfatizan que la educación es uno de los factores que más influye en el progreso de personas y sociedades; pues además de proveer conocimientos, enriquece al espíritu, cultura y valores que caracterizan a cada ser humano.
En aquel pueblo existen dos escuelas importantes: El Centro de Estudios Técnicos Laguna del Rey (CETLAR) y el Instituto Tecnológico de Múzquiz (ITM) extensión Laguna del Rey; ambas apoyadas por Industrias Peñoles.
Según algunos residentes, los conocimientos que reciben los jóvenes en estas instituciones han funcionado para que ellos persigan sus objetivos, y a su vez olviden las malas rachas que enfrentó el pueblo hace tres años.
Adán González Alvarado, gerente de la planta Química del Rey de Peñoles y docente en el ITM, dijo que es importante confiar en el talento de Laguna del Rey, pues además de ser una comunidad especial, los habitantes están motivados a alcanzar sus metas.
"Tras el análisis de ciertas problemáticas que ocurrieron en la comunidad, detectamos que impulsar la educación era una alternativa de mejora", sostuvo.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés), educar es una labor que influye en el bienestar de los pueblos. Las sociedades y su capacidad para adquirir niveles elevados de vida están relacionadas con la adquisición de conocimientos y la apertura de mente a nuevas tecnologías y disciplinas como la historia, filosofía, matemáticas, entre otras. Además, gracias a esta acción se adquieren valores que influyen en la formación personal de cada individuo.
EL LUGAR PARA CRECER
El CETLAR es una institución que fue concebida para satisfacer el requerimiento de personal calificado en las áreas de mantenimiento de Peñoles. La mayoría de los estudiantes provienen de comunidades cercanas a las unidades o son hijos de trabajadores.
Uno de ellos es Santiago García, quien vivía en un pueblo llamado El Calvario, a 20 minutos de la mina Rey de Plata de Guerrero. "Santi" como le dice su mamá, tiene 18 años e ingresó a esta escuela para poder solventar en el futuro los gastos de su hogar. Para él, graduarse de la preparatoria y separarse de su familia ha sido una ruleta de emociones, pero aseguró que esta oportunidad le brindará una mejor vida.
Esta institución ofrece dos carreras: electricidad-instrumentación (la que estudia Santiago) y mecánica-eléctrica. La formación que se brinda ahí se encuentra bajo el esquema dual alemán de capacitación, es decir, que el 80 por ciento del aprendizaje se basa en la práctica y el resto en teoría.
El director del CETLAR, Sergio Barrientos Hernández, mencionó que este año se gradúan 50 alumnos con una promesa de trabajo en Industrias Peñoles, ya que la misión principal de este centro educativo es obtener aspirantes y proporcionarles capacitación integral.
Dentro de esta escuela también se encuentran los 25 integrantes que participan en 'First', competencia estudiantil a nivel mundial que consiste en la elaboración de un robot durante seis semanas.
Entre ellos está Gabriela Fernández, estudiante de mecánica-eléctrica y originaria de Laguna del Rey. Para ella, formar parte de este grupo le ha permitido experimentar nuevas experiencias, prepararse y conocer diferentes lugares del mundo.
Los alumnos del CETLAR han viajado a dos mundiales y su desempeño ha sido positivo. Gabriela dijo que el principal factor para avanzar en esta competencia es tener una mente motivada, incluso ha escuchado que varios de sus compañeros desean superarse o estudiar una ingeniería.
"Para mí First es una oportunidad para aprender, trabajar en equipo y desarrollar mis conocimientos. Son muchas emociones encontradas y estamos trabajando contra reloj, pero lo hacemos con actitud", mencionó la estudiante de 18 años.
De acuerdo con Barrientos Hernández, muchos de los jóvenes que viven en comunidades como Laguna del Rey o El Calvario, pierden la esperanza de construir un mejor camino en sus vidas. Sin embargo, enfatizó que los conocimientos y los valores que pueden aprender en cualquier aula o sala de taller, los impulsan a creer en ellos mismos; son factores que influyen en su crecimiento profesional y personal.
"Quienes tienen a México en sus manos son los jóvenes. Si nosotros los podemos orientar, se pueden convertir en agentes de cambio para sus comunidades y para nuestro país", dijo.
EL ÉXITO NO TIENE EDAD
Cuando el potencial de alguien se fusiona con la motivación, la edad sale sobrando. Desde agosto de 2017, el Instituto Tecnológico de Múzquiz abrió sus puertas en Laguna del Rey, ofreciendo la ingeniería en gestión empresarial con especialidad en seguridad, productividad y calidad.
Según Laura Silva Fernández, directora del plantel, se hizo un análisis con el apoyo de Peñoles para verificar las necesidades que la comunidad presenta. "Esta carrera no sólo puede funcionar en Laguna del Rey, se puede ejercer en cualquier sitio con éxito", mencionó.
Actualmente la conforman 50 alumnos, ocho maestros y dos administrativos. Jesús Rodríguez, de 28 años, trabaja en el área de operación de Peñoles desde hace cinco años; sólo había terminado la preparatoria y ahora forma parte de esta institución. "Se presentó la oportunidad de estudiar, de superarnos y como desaprovecharla", comentó.
Para Jesús, la edad no importa si se tiene motivación y carácter para salir adelante. Dijo que ha sido difícil combinar su trabajo y estudios, pero es más grande el sueño de crear su propia empresa.
"Sí es cierto que hay que vivir la vida y el momento, pero tienes que ponerte a pensar qué es lo que harás a los 50 años. No hay más que seguir estudiando y preparándote para conseguir un mejor porvenir".
De diciembre de 2014 a octubre de 2015, muchos jóvenes no apostaban por Laguna del Rey; hoy, ellos mismos están construyendo un futuro diferente gracias a la educación.
Fuente: elsiglodetorreon.com.mx