Este 2019 se inaugurará en Gómez Palacio la planta Laguna Dinamita de Chemours, con una inversión de 250 mdd y la generación de 300 empleos.
Esta firma química (que surgió como spin off de Dupont hace solo tres años) es líder a nivel global en tecnologías de titanio, fluoro y otras soluciones que son insumos básicos para la industria automotriz, de refrigerantes, electrónica, telecomunicaciones, pinturas, plásticos, papel y minería de metales precios. Justamente su nueva planta se enfocará solo a la producción de cianuro de sodio, un compuesto que usan las empresas mineras para separar oro y plata. “La decisión de invertir en Durango es porque queremos estar cerca de nuestros clientes y en un sector que crecerá”, me decía Gerardo Familiar Calderón, presidente de Chemours México y director global de recubrimientos.
Esta será la segunda planta de cianuro de sodio a nivel mundial de la empresa, que suma 55 fábricas en los 35 países donde opera.
Actualmente, Chemours provee a las empresas mineras instaladas en México con unas 65 mil toneladas de estas sales que importa desde su planta en Memphis (Tennessee). La futura planta duranguense permitirá sustituir importaciones por 110 mdd anuales, lo que redundará en una reducción en los costos del producto final.
Esta será, además, la segunda planta productiva de Chemours en el país; la otra es una de dióxido de titanio en Altamira que heredaron de Dupont.
“Con esta inversión, la expectativa es crecer este año un 5 por ciento y un 9 para 2019, el triple que la economía nacional. La clave fue enfocarnos en cuatro industrias que van a crecer apoyados en innovación: automotriz, aeroespacial, minera y de recubrimientos”, agrega Familiar.
De los 6,800 mdd que suma la facturación global de The Chemours Co., México representa una sexta parte, un mercado muy productivo que a su vez exporta unos 900 mdd al año.
Las expectativas de crecimiento que esperan en nuestro país también estará apalancado por la renegociación del tratado de libre comercio con EU y Canadá (T-MEC): primero porque su gran cliente, que es el sector automotriz, libró las amenazas de aranceles que atentaban con la producción local, y sin olvidar que, además, las empresas químicas proveen a casi todas las manufacturas que se producen en este bloque. “En nuestra industria hay dos componentes que son claves: el talento y la energía. Combinados los tres países se convierte en uno de los centros de generación energética más poderosos del mundo (shale gas y petróleo liviano de EU, petróleo no convencional de Canadá y el petróleo pesado mexicano). En cuanto a los recursos humanos hay una excelente combinación entre personal muy especializado e innovador con mano de obra más barata que en otras zonas”, afirma Gerardo Familiar.
Fuente: Milenio
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