Chile: La minería y la agricultura, �Pueden ser compatibles?
Chubut, uno de los puntos de Argentina en donde se discute la actividad minera, registra actualmente el porcentaje ovino más bajo de su historia, y el avance sobre proyectos mineros podría reforzar esta industria para que la provincia recupere su lugar en el mercado.
La minería es perfectamente compatible con otras actividades económicas. En Chile, por ejemplo, la mina El Teniente -la mina de Cobre subterránea más grande del mundo- está ubicada 50 km aguas arriba de Rancagua, un valle con ganadería, cultivos, turismo y vinos famosos. También la mina Los Bronces, que se explota desde hace más de 30 años y está ubicada 65 Km al NE de Santiago, se encuentra en las cabeceras del río Aconcagua, que riega el valle homónimo famoso por sus cultivos de frutales, vides y hortalizas.
Estos no son ejemplos aislados. Según Celso Arias, rector de Universidad de Atacama, minería y agricultura ��son totalmente compatibles, sólo hay que saber aplicar políticas de buenos vecinos, para que una no influya sobre la otra��. En ese sentido, afirmó que ��salvaguardando siempre las condiciones medioambientales logramos establecer que las tecnologías limpias y los lugares desde donde se llevan a cabo los embarques mineros, puedan ser compartidos con producciones de productos alimenticios como la uva. Se logra esto cumpliendo con todos los requisitos ambientales��.
Para Chile la industria minera constituye uno de sus puntales de crecimiento. La explotación de la minería representa más del 60% de los ingresos de la región, y como sabemos a nivel generación de empleo -directo e indirecto- es una industria de alto impacto.
La convivencia entre la minería y la agricultura, asimismo, posee singularidades asociadas. Esto es así, ya que ��las exportaciones de uno y otro producto se realizan desde estaciones portuarias separadas solo por 500 metros y los productos agrícolas tienen por destino países con exigentes controles de calidad como los Estados Unidos, además de las inspecciones periódicas que reciben por parte de los órganos de control de esas naciones y nunca se hicieron argumentaciones en contra de esta cercanía, tanto en el área de producción como en la de embarques��. Esto da cuenta de que a nivel ambiental ambas industrias pueden operar compartiendo territorios cercanos.
Por su parte, otro claro ejemplo es la provincia argentina de San Juan, en donde la minería ha provocado un fuerte impacto directo e indirecto en la actividad provincial. Con la llegada de la minería el comercio ha crecido 30%. Según cifras del INDEC, las exportaciones de San Juan crecieron 1,298% en 7 años, siendo la provincia que más ha aumentado sus ventas al exterior. Además, la agroindustria sanjuanina se ha visto incrementada en la producción de aceitunas (11 veces de aumento), pasas de uva (6 veces) y vinos (5 veces), a los que se agregan rubros no tan tradicionales como medicamentos (30 veces), placas y paneles para la construcción (12 veces), y maquinarias (5 veces), entre otras.
Estas cifras y afirmaciones confirman que ambas industrias pueden coexistir y potenciarse mutuamente. En Chubut, el debate minero está a la orden del día y estos datos aseveran que la provincia no sólo se vería beneficiada con los ingresos propios de la minería.
Por citar un ejemplo, según cifras de la Sociedad Rural de Esquel, el stock ovino actual es el más bajo en la historia provincial. El promedio habitual de cabezas se vio disminuido en más de 50%, como consecuencia de las pérdidas por sequías y la falta de rentabilidad del sector, que llevó a la desaparición de muchos puestos de trabajo.
Es por ello que la posibilidad de desarrollar la minería en lugares como la Meseta Central permitiría crear no sólo miles de fuentes de trabajo relacionadas con esta industria, sino que también podría potenciar la agricultura y la ganadería. Un punto más para enriquecer el debate que exigen con urgencia miles de chubutenses y que algunos sectores de la clase política no se atreven a plantear.
Fuente: Voz Minera.