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Cienco tendencias que dominarán a la sustentabilidad, Chile

Desde la integración de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como lineamientos de crecimiento corporativo, hasta la implementación de ecosistemas circulares para disminuir los residuos y aumentar el beneficio al

hace 8 años

Última Publicación La evolución de las emisiones de CO₂ per cápita: desigualdad ambiental a través de las décadas por Editorial public

Desde la integración de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como lineamientos de crecimiento corporativo, hasta la implementación de ecosistemas circulares para disminuir los residuos y aumentar el beneficio al interior de las organizaciones. Con el fin de conseguir dejar un mundo mejor para las futuras generaciones, el desarrollo coherente de dimensiones como lo social, económico y financiero se toma la agenda para los próximos años.

Objetivos de Desarrollo Sostenible en el mundo corporativo

Erradicación de la pobreza, educación de calidad, igualdad de género, acceso a agua potable, lucha contra el cambio climático y la reducción de la desigualdad son tópicos de esta ambiciosa agenda que poco a poco empieza a tomar relevancia en las empresas presentes en nuestro país. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se han traducido en una hoja de ruta temprana para las empresas que han forjado a la gestión de sustentabilidad como un pilar fundamental de su estrategia. “En Chile, muchas de las mejores prácticas están asociadas a algunas de estas metas globales. Sin embargo, en general, estas directrices resultan aún lejanas para gran parte del empresariado chileno”, dice Ignacio Larraechea, gerente general de Acción Empresas. A pesar de esto, el impacto de estos 17 principios sería mayor en los próximos años, cuando las organizaciones empiecen a alinear planes de crecimiento en torno a estos ejes. “Creo que en el futuro de las empresas, los ODS tienen un papel fundamental. Muchas de ellas han hecho un mapeo y se dan cuenta de que sus objetivos tienen algo en común y a través de estos, además, sirve para tener un lenguaje en común. Será el marco conceptual de desarrollo de la sustentabilidad en los próximos años”, manifiesta José Miguel Friz, director ejecutivo del Centro de Sostenibilidad Empresarial de la Universidad Adolfo Ibáñez.

A diferencia de iniciativas anteriores, los ODS incorporan en su ADN la participación del mundo privado y la ciudadanía. De hecho, uno de los principios corresponde a Alianzas Para Lograr los Objetivos. “La idea es que no sólo el mundo privado se haga cargo de estos objetivos, sino también a nivel público y la ciudadanía. Es la única manera de conseguirlo”, enfatiza Friz.

Adiós a los residuos, bienvenida economía circular

En junio de este año fue publicada la Ley REP, que ha sido concebida como un avance significativo para aumentar los niveles de reciclaje en nuestro país. A partir de entonces, las empresas productoras de los residuos prioritarios identificados por la ley (aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, pilas, neumáticos, envases y embalajes), tienen que impulsar diversas estrategias, tecnologías y procesos para la recuperación de estos.

En ese contexto, la denominada “economía circular” aparece como un sistema industrial restaurador o regenerativo por intención (voluntad de los productores) y por diseño. Sustituye el concepto de “caducidad” por el de “restauración”, según detalla el informe: “Hacia una Economía Circular”, desarrollado por la Fundación Ellen MacArthur.

Esta visión tomará mayor relevancia en mayo del próximo año, cuando ya estén finalizados los reglamentos de la ley REP, momento en que se espera que las empresas paulatinamente empiecen a migrar a este modelo de negocio. “La basura es un error de diseño. Los modelos económicos lineales iban a tener que corregirse hacia modelos de economía circular”, señala Gonzalo Muñoz, uno de los fundadores de TriCiclos.

De ser implementada, podría haber una serie de beneficios que van más allá de lo medioambiental. Por ejemplo, el costo de refabricación de teléfonos móviles podría reducirse en un 50% por aparato. En el segmento de lavadoras, los clientes ahorrarían un tercio por ciclo de lavado, y el fabricante ganaría cerca de un tercio más si se implementara el sistema de arriendo, en que el fabricante no se desliga del producto.

Aumento de organizaciones globalizadas y diversas

Actualmente hay más de 1,3 millones de mujeres inactivas por razones familiares en Chile. De ellas, 225 mil estarían dispuestas a integrarse al mercado laboral si las condiciones fueran más flexibles. Esta diferencia también se replica en la alta dirección. Prueba de ello es que las mujeres representan un 16,6% de los directorios de las empresas del IPSA. El estudio ‘Women in work’ midió a 33 países de la OCDE, dejando a Chile en el puesto 29. En tanto, varios son los que ya llegaron al 40% en los directorios, pero aún falta para la anhelada paridad de género. Hay casos, como Reino Unido, donde todas las empresas del índice bursátil FTSE100 tiene alguna directora. El sondeo muestra, entre otras conclusiones, que el incremento de la incorporación de la mujer tiene un gran impacto en el PIB de los países. “La diversidad en los directorios de las empresas es un tema estratégico que tiene que ver con los resultados del negocio, ya que impacta directamente en la gestión de riesgos de nuestras organizaciones tanto en reputación, como en comprensión del mercado, relación con grupos de interés, talento y sucesión”, dice María Elena Sanz, fundadora de +Mujeres. Ella plantea que desde la mirada de la empresa se deben actualizar los sistemas de estructura salarial y compensación incorporando sistemas de evaluación más objetivos. Hoy una de las barreras se relaciona a la brecha salarial, persistente a nivel global: por cada US$100 que perciben los hombres, las mujeres ganan US$83, una diferencia considerable.

“La diversidad es un imperativo para que las empresas puedan ser sostenibles en un entorno incierto y vertiginosamente cambiante... es una cuestión de negocios”, concluye Sanz.

Aumentar credibilidad del empresariado con transparencia

Con la publicación de las normas 385 y 386, la SVS señaló que uno de los objetivos de las circulares consistía en fomentar la difusión de información a los accionistas y público en general respecto de las políticas, prácticas y efectividad de las mismas. Asimismo, mejorar la calidad y confiabilidad de la información contenida en la autoevaluación de los directorios mediante la evaluación de un tercero ajeno a la sociedad.

Pero no sólo se trata de transparencia, sino también de ética, uno de los puntos que ha dejado al mundo empresarial vulnerable al escrutinio civil en el último tiempo y que ha dejado a la actividad empresarial con índices que revelan alta desaprobación en nuestro país. “Éste seguirá siendo un tema presente en la agenda de la empresa, a partir del financiamiento de la política y los escándalos por boletas por servicios no prestados, con un claro foco en el fortalecimiento de las prácticas de adquisición, auditorías forenses a procesos dudosos y la divulgación y promoción de procedimientos de denuncia”, cuenta Fernando Córdova, senior manager del área de sustentabilidad y cambio climático de PwC Chile.

De acuerdo a las respuestas durante la primera entrega de las empresas a la SVS, la gestión ética es una de las prácticas con mayor nivel de avance. La promulgación de un código de conducta es una de las que muestra mayor adhesión, así como también, los canales de denuncias que garantizan el anonimato al denunciante y permiten conocer el estado de las denuncias. “Si bien las empresas están adoptando estas prácticas, entre los objetivos en los próximos años está el impulsar una cultura ética tanto al interior como al exterior a todos sus relacionados, colaboradores, clientes, proveedores, accionistas. en definitiva, con todos los que se relacione la organización”, señala Alex Godoy, director del Centro de Investigación en Sustentabilidad y Gestión Estratégica de Recursos de la Universidad del Desarrollo.

Metodología ESG: si no se mide, no se puede mejorar

Europa y Estados Unidos concentran el 94% de las denominadas inversiones responsables. Éstas se caracterizan por tener un trabajo consistente en tres pilares: medioambiente, social y gobierno corporativo (ESG por su sigla en inglés). Ante empresas que daban cuenta de sus acciones en reportes de sustentabilidad, que muchas veces resultaban inconsistentes, nació la metodología ESG (enviroment, social y governance) que tiene como premisa: “Si no se mide, no se puede mejorar”. Y no se trata solamente de un bien para el planeta, estudios de la Universidad de Harvard muestran que las empresas que usan ESG generan un 23% más ROI y un 47% más de valor en el precio de la acción respecto a otras empresas que no trabajan sobre esta metodología. En EEUU ya existen cerca de 500 fondos de inversión y fondos de pensiones especializados en ESG. Por otro lado, Bloomberg lanzó su ESG Index el 2014.

En tanto, la presencia de esta metodología en la región aún está lejana al primer mundo. Desde las big four señalan que prácticamente no se conoce esta metodología. Se habla mucho de sustentabilidad y de empresas que lo están haciendo bien con el medioambiente y la responsabilidad empresarial, pero pocos identifican que los inversionistas quizá ya están analizándolas en términos de ESG. Lo más cercano a nivel país, señala Ricardo Jiménez, senior manager climate change & sustainability services de KPMG Chile, es la integración del Dow Jones Sustainability Index Chile, “este índice de sostenibilidad del mercado chileno, permite ser evaluadas desde diferentes ámbitos del desarrollo sostenible, dando mejores puntajes a aquellas que han logrado la integración de criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en las estrategias de negocio, convirtiéndose, asimismo, en un factor cada vez más importante para las compañías y los inversionistas a la hora de tomar decisiones”.

Fuente: pulso.cl

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Publicado hace 8 años

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