Coahuila, mayor veta de carbón en México
El norteño estado mexicano de Coahuila es una región carbonífera por excelencia, pero su extracción está empañada por la ocurrencia de casos de explotación laboral, destrucción de entornos y peligros, aseguran investigaciones periodísticas.
La mayor veta de carbón de México se ubica en ese estado, integrado por varios municipios, pero los principales son Múzquiz, Sabinas, Juárez y San Juan de Sabinas.
Cristina Auerbach Barragán, activista y defensora de los derechos de estos mineros, dijo al citado medio de comunicación que ""el carbón es el único mineral que reniega para salir: se enfurece, tiene gases explosivos y siempre hay agua"".
""Los mineros arriesgan su vida todos los días para llevar la comida a sus casas"", agregó.
Este tipo de trabajo es difícil, laboran en condiciones de 60 grados centígrados, con humedad e incluso en puntos donde hay altas concentraciones de gas metano, eso fue lo que provocó la tragedia de la mina de Pasta de Conchos, destacó la activista.
Agrega el texto que el 60 por ciento de los empleados carece de prestaciones laborales básicas como seguridad social, las enfermedades respiratorias son las más frecuentes, pero las empresas no cuentan con programas para darles atención.
El negocio es desigual, porque los mineros arriesgan su vida todos los días pero cobran un ínfimo precio por cada tonelada de carbón (100 pesos, equivalentes a un poco más de seis dólares), mientras que las empresas revenden la tonelada en dos mil pesos (unos 137 dólares).
Por la altura de las minas, cuevas y pozos los equipos de seguridad les roban espacio y por tanto no los usan en el caso de la pequeña minería: los pantalones especiales porque son un estorbo y las camisolas porque laboran a elevadas temperaturas.
Tampoco son útiles los lentes y auditivos protectores.
En la pequeña minería es aún más grave el panorama, ya que los obreros trabajan en vetas a cielo abierto donde los riesgos de deslave son comunes, cuevas adonde entran por ranuras de unos 70 centímetros de diámetro o pozos de 80 metros de profundidad.
De acuerdo con los datos consultados, a fines de la década pasada muchos de los extractores de carbón, tanto empresas como pequeños mineros, eran víctimas de extorsiones por parte de grupos criminales, quienes exigían cuotas y comisiones de los cargamentos sustraídos.
Fuente: www.prensa-latina.cu