Cómo hacer una mina: el caso de Minera Gorrión
La investigación previa y el trabajo con las comunidades que se encuentran alrededor de un proyecto son clave para que una nueva mina llegue a buen puerto.
México es un país minero, pero existen estados que han explorado muy poco esta actividad. Es el caso de Puebla, donde ahora una minera canadiense, a través de su subsidiaria mexicana, busca por primera vez extraer oro y plata, en el primer proyecto para una mina metálica en el estado.
La presencia de Minera Gorrión, subsidiaria de Almaden Minerals, no es nueva para los pobladores. La firma comenzó con sus trabajos de exploración e investigación en 2001, para un proyecto que contempla una mina a cielo abierto con un tajo de 127.5 hectáreas, y en el que espera poder arrancar en 2020.
Si la mina todavía no existe, ¿qué ha hecho la empresa durante los casi 20 que lleva en Puebla?
Llegar a la conclusión de que un proyecto minero es viable técnica y económicamente no es tarea fácil, ni barata, y requiere mucho tiempo. Esta industria es uno de los negocios más arriesgados, pues solo uno de cada 1,000 proyectos llegan a convertirse en una mina en operación.
Para Minera Gorrión, el camino comenzó con el vuelo de un helicóptero a finales de la década de los 90. En él, la empresa buscaba oportunidades en el suelo del país. “Desde el norte de Tamaulipas hasta Chiapas, siguiendo toda la cordillera del este de México. Las principales señales fueron las arcillas que están arriba del cerro”, cuenta Daniel Santamaría, vicepresidente de Minera Gorrión.
La geología de Ixtacamaxtitlán delataba el contenido de esas tierras: oro y plata. La empresa se dio a la tarea de buscar la concesión para poder explorar ese terreno, que abarca 14,000 hectáreas. La consiguió en 2001, pero fue hasta nueve años después, en 2010, cuando confirmó la mineralización del suelo.
Entonces, Minera Gorrión se puso manos a la obra y comenzó a investigar si era factible y rentable desarrollar una mina. Para conocer lo que hay en el subsuelo, la firma realizó más de 500 barrenaciones 'a diamante': perforaciones en el suelo del ancho de una naranja, pero con una profundidad de cientos de metros. Durante los casi 20 años que la empresa lleva explorando el lugar, ha invertido 117 millones de dólares. Por fin, en 2014 tuvo la certeza de que era posible recuperar los minerales de la zona.
El trabajo no ha sido fácil, no solo por la parte técnica, sino también porque algunos de los pobladores de la localidad se oponían a la presencia de la compañía.
“Siendo un estado que no es minero, para nosotros ha sido mucho más complicado. Las personas no reaccionan igual, por eso nosotros hemos tenido que informar y acelerar nuestras acciones de comunicación y transparencia”, asegura Santamaría.
Estas labores de difusión han dado fruto, pues algunos de los habitantes del lugar han cambiado de opinión. Carmen Martínez es una de ellas. Salió del municipio hace años en busca de trabajo, y volvió se encontró con la noticia de que una mina iba a abrir en su localidad. La idea no le gustó.
“Busqué en Google y todo era negativo, pensé que todos nos íbamos a morir. Luego la empresa me invitó a conocer una mina a tajo abierto en Zacatecas (una de las prácticas que realiza la empresa con los pobladores). Cuando íbamos en camino, yo solo iba atacándolos. Llegamos, y no era nada de lo que yo había visto, mi perspectiva cambió, me di cuenta de que la minería mueve al mundo y que es una oportunidad para habitantes de este municipio, porque aquí no hay fuentes de empleo”, comenta.
Las críticas, sin embargo, no han cesado completamente. La ONG Poder se ha pronunciado contra el proyecto, porque dice que dañaría las tierras de cultivo y el suministro de agua de la población.
Santamaría lo niega. “No vamos a usar agua del subsuelo, vamos a hacer una presa que capte el agua pluvial para su uso en el proyecto, y el exceso de ese agua será donado a las comunidades. No estamos quitándole agua a nadie, estamos creando una nueva fuente que al final de las operaciones se va a quedar en la comunidad”, afirma el geólogo.
Siguientes pasos
Si todo va bien, y las autoridades dan el visto bueno, la mina podría comenzar a operar en 2020.
La inversión prevista rondará los 1,785 millones de dólares, y empleará a 400 personas en su construcción y 430 en su operación. Con esta actividad se detonará la economía de las localidades, afirma la empresa, y el municipio tendrá un ingreso extra para destinar en infraestructura, a través del Fondo Minero.
Uno de los beneficiados con la llegada de la empresa a esta localidad es Jorge Luis García. Trabaja para Minera Gorrión desde hace ocho años. “Un día estaba trabajando en el campo, me los topé, les pedí trabajo y me dijeron que sí. Entré como ayudante de bodega, luego como geotécnico. Ahora estoy en acercamientos con el área de explosivos y con los del estudio del agua, y espero quedarme en alguna de esas áreas, a ver cuál me ofrece más”, dice.
Santamaría y su equipo aseguran que trabajarán con los pobladores para que también logren desarrollar otras actividades como comercios, turismo —la localidad forma parte de la ruta de Hernán Cortés—, talleres textiles y de carpintería.
La presencia de Minera Gorrión en Ixtacamaxtitlán va para largo. La concesión que la firma obtuvo en 2001 fue por 50 años. De esos, ya lleva casi 20 trabajando en exploración, y se calcula que la extracción durará entre 12 y 14 años. “Cuando termine la vida de la mina, la concesión ya estará en las últimas, y solo faltaría el proceso de cierre de la mina y la remediación ambiental”, comenta Santamaría.
Fuente: expansion.mx