Consigue el sueño americano en una mina de Zacatecas
Durante nueve años Geralinda Aidé Zambrano Gutiérrez fue migrante en Estados Unidos, donde trabajó en una franquicia de hamburguesas y en un restaurante de postres, pero no le fue como planeaba, así que regresó a Zacatecas. Tiene 10 años de laborar en una mina y asegura que por nada volvería al país del norte.
“Mi mayor privilegio y orgullo es ser minera. Ahora tengo mi casa, un buen empleo y la posibilidad de que mis hijos sigan estudiando. Una oportunidad que en el extranjero no hubiera encontrado”, asegura mientras observa el camino de terracería por donde circulan cientos de vehículos con capacidad para cargar toneladas de rocas susceptibles de contener minerales.
Geralinda Aidé es originaria de Ojocaliente, un pequeño municipio de Zacatecas con poco menos de 40 mil habitantes, donde las principales actividades son la agricultura, la ganadería y el comercio. Al menos, el 10 por ciento de la población migra a Estados Unidos y otros estados del país en busca de mejores oportunidades laborales y económicas.
Sólo estudió el primer año de bachillerato y se casó muy joven, por eso decidió migrar a Estados Unidos con su familia. Pero después de nueve años de vivir en ese país y de su divorcio regresó a Ojocaliente, donde se enteró que en la mina de Peñasquito, de la empresa Goldcorp, solicitaban a mujeres para conductoras de camiones de carga Komatsu 930, con capacidades que van de 40 hasta 450 toneladas métricas.
“Cuando escuché que los camiones eran de grandes dimensiones eso llamó mi atención, pero también la oferta de paga era muy buena, pero ni yo lo creía”, admite y recuerda también que no había mucha demanda de empleo porque las mujeres no creían en tan buena oferta y estaban temerosas de trabajar en una mina.
Después de presentar la solicitud de empleo, motivó a su prima para que también se registrara , pero sólo llamaron a su prima para la entrevista, así que decidió acompañarla. El gerente de la mina al ver el interés de Geralinda, decidió entrevistarla.
“En ocasiones el gerente me hablaba en inglés y yo le respondía en el mismo idioma, así que al final toda la entrevista fue en inglés” y así fue como obtuvo el empleo. Sus dos hermanos y su prima también se quedaron a laborar en la mina que extrae oro, plata, plomo y zinc.
Empezó como chofer de camiones de carga, después manejó motoniveladoras y posteriormente fue capacitadora de operadores. Ahora es Jefa de Caminos y Desarrollos donde dirige a 35 personas y es la responsable de checar que los caminos no tengan obstáculos para garantizar la circulación eficiente y segura de las grandes unidades.
Debe cerciorarse de que los conductores de los grandes camiones no rebasen la velocidad indicada, que las pipas mantenga un ritmo de riego en las rampas para mitigar el polvo y otras acciones necesarias para regular el acarreo de las rocas.
“Las minas brindan muchos más beneficios que cosas negativas, como la mayoría de la gente cree”, comenta Geralinda al asegurar que una de las mayores satisfacciones que tiene es que sus jefes, su familia y sus amigos reconozcan su trabajo y el de mis hermanos. “Mi papa siempre nos pone en sus pláticas y está muy orgulloso de lo que hemos logrado”.
“Encontré en la minería la posibilidad de desarrollarme profesionalmente con resultados sobresalientes por la entrega y cuidado que pongo en mi trabajo” dice satisfecha con una enorme sonrisa que todos los días contagia a sus compañeros, a quienes les pide: “Revisen muy bien las actividades a realizar y pónganse su equipo de seguridad, ya que el único pensamiento al entrar a trabajar es regresar bien con nuestras familias”.
Fuente: México Minero