Delincuencia, Cambio Climático y Petróleo �Qué los une?

México afronta varios desafíos, todos con repercusiones críticas en el corto y largo plazo. Uno, es la creciente opción para los jóvenes por la delincuencia como actividad, cuyos efectos no solo erosionan los principios de convivencia básicos para una sociedad sino que además generan dolor, incertidumbre y daño que lesiona la atracción de inversión interna y externa y con ello la disminución de la generación de bienestar y riqueza además de vulnerar el Estado de Derecho.
Otro tema importante para este análisis es el Cambio Climático cuyos efectos adversos impactarán a la sociedad y a sus bienes, incrementará los riesgos de desastres naturales, aumentará la vulnerabilidad alimentaria del país (Ver: El Cambio Climático y nuestras Universidades https://hablemosbien.wordpress.com/2011/10/23/el-cambio-climatico-en-nuestras-universidades/ ) así como también la capacidad de generación de electricidad por medio de centrales hidroeléctricas entre otros muchos aspectos críticos. Un estudio coordinado por el World Economic Forum a través de The Royal Society estima que el clima extremo ha tenido un incalculable costo humano y daños por 1.4 Billones de Dólares de 1980 al 2004 a nivel internacional. Este escenario implica la imperiosa necesidad de planeación y preparación focalizando los esfuerzos del país en minimizar las consecuencias.
Finalmente, la caída en los precios del petróleo y la dramática disminución de las reservas petroleras lesiona nuestra economía generando consecuentemente presión en el valor internacional de nuestra divisa, presión deflacionista, daño en el mercado bursátil de las empresas del sector petrolero y desaliento de la inversión en el sector.
Estos tres elementos inciden en el crecimiento de nuestro país, en su capacidad de desarrollo y en la distribución equitativa de la riqueza así como también en menores oportunidades para la sociedad y los mexicanos del futuro. El uso de un amplio rango de expertos en disciplinas y la inclusión de experiencias para el desarrollo sustentable tanto privadas como de ONGs, comunidades locales, académicos y gobiernos pueden crear iniciativas relevantes. Sin embargo la posición geográfica de México también puede significar una fortaleza para manufacturas que mitiguen los riesgos antes expuestos.
México migró de una economía cerrada a una de las más abiertas a nivel internacional. Su perfil industrial cambió de manera importante no solo a través de maquiladoras que iniciaron procesos con un bajo porcentaje de integración de productos de origen nacional para transformarse competitivamente de ensambladoras a manufacturas de alto nivel tecnológico en procesos con empleo de mano de obra calificada y mayor integración nacional de componentes e insumos.
Desde 1965 en que se creó el programa Industria de la Maquiladora de Exportación (IME) el país buscó atraer la inversión extranjera directa y su consecuente generación de empleo. La ventaja comparativa estática del costo de la mano de obra mexicana y los estímulos fiscales a la importación de insumos bajo el esquema de importación temporal (in-bond) permitieron el establecimiento y dispersión territorial de corporaciones transnacionales que buscaron incrementar su eficiencia y competitividad.
El asentamiento de esta nueva industria generaba y aun genera oportunidades. Para el 2006 el consumo de bienes y servicios ascendió a 80,000 millones de dólares (MUSD) anuales de los cuales solo el 10% del consumo intermedio de esta industria (salvo la mano de obra) fue de participación nacional. Si bien la industria maquiladora de la primera generación contribuyó a la creación de empleos la necesidad de agrupamientos industriales y productivos (clusters) con centros técnicos, plantas de ensamble, laboratorios de certificación, proveedores de componentes y servicios es ahora consecuentemente una actividad necesaria con ingredientes obligatorios de capital, tecnología y capacitación así como una mayor vinculación con el sector productivo local.
Estos clusters pueden ser fortalecidos a través de una vinculación con centros educativostecnológicos y universidades incrementando oportunidades y eficiencias. Entendamos la importancia estratégica de la industria en la que ya para el 2004 contribuía con el 46.3% de las exportaciones mexicanas no petroleras y atrajo 50% de la inversión extranjera directa (IED) generando divisas por más de 18,000 MUSD.
Para darnos idea del tamaño de la actividad y su influencia en agosto de 2014 el número de establecimientos activos en México fue de 5,012 solo en la industria manufacturera, maquiladora y de servicios de exportación con más de 2��207,551 empleos directos.
En este análisis sumemos un elemento adicional: las nuevas plantas de manufactura, la segunda y tercera generación de maquiladoras, que se establecen en el país requieren de mayores y mejores estándares ambientales. No es casual que las plantas en operación para el manejo de residuos peligrosos, como un mero ejemplo ilustrativo, pasaran de 26 en 1993 a más de 1,316 en el 2012 incluyendo actividades como acopio, reciclaje de solventes sucios, lubricantes usados y metales, recolección y transporte y tratamiento de residuos.
Al igual que la industria de la minería, la industria de la maquila, asume un papel relevante en la educación al ser una fuente de capacitación constante para los trabajadores además de generadoras intensivas de empleo y contribuyentes de recaudación. Ambas industrias afectadas por cambios legislativos que distorsionan su planeación deberán conducir investigaciones y conocimientos que permitan mejorar su sustentabilidad con una visión de dialogo y colaboración entre lo que Edward Freeman definiría como sus stakeholdersincluyendo por supuesto la implementación de las políticas necesarias y acciones prácticas para el Cambio Climático.
El valor del mercado mexicano no puede ser medido en términos del tamaño de la población sino en su capacidad de crear bienestar y riqueza. La delincuencia, el cambio climático que incidirá mayormente en la población más vulnerable y un menor ingreso en el presupuesto del país por la renta petrolera deben impulsar nuestra capacidad de análisis y respuesta. De igual manera atraer una mayor IED así como incentivar la inversión nacional deberá ser una obligación. La minería y la industria de la maquila pueden ser referentes exitosos para la atracción de capitales, si los cuidamos.
México requiere de profundos cambios en materia de impartición de justicia y de combate a la corrupción así como una recomposición del tejido dañado por una polarización derivada de muchos factores de desigualdad. El diálogo, la generación de empleo, el cuidado del medio ambiente y la educación son pequeños ladrillos en un gran muro que juntos debemos construir, no son los únicos, pero pueden ser un buen inicio.
Por Alejandro Mantecón para Outlet Minero.