En una exhibición de fuerza y resiliencia, el precio del oro cerró la semana pasada con sólidos registros, superando los 2,000 dólares por onza y encaminándose hacia su mayor ganancia anual desde 2020.
Durante la sesión del viernes en el Commodity Exchange (Comex), el contrato más activo de la onza de oro experimentó un ascenso de 13.20 dólares, equivalente al 0.64%, alcanzando un cierre en 2,064.50 dólares. Esta ganancia semanal del 1.51% se suma a la impresionante escalada que ha llevado al oro a niveles récord.
En los primeros días de diciembre, los futuros del oro marcaron un hito intradía al alcanzar los 2,152.30 dólares, consolidando su atractivo como un activo refugio en medio de la incertidumbre geopolítica, la debilidad del dólar y las expectativas de cambios en las políticas de la Reserva Federal.
En términos de rendimiento anual, el oro ha acumulado un impresionante 13.60%, en comparación con su valor de cierre de 2022, que fue de 1,817 dólares. Este aumento anual destaca como el más pronunciado desde el cierre de 2020, cuando el oro registró un crecimiento del 22%.
Es fundamental destacar que este metal precioso superó la marca de los 2,000 dólares por primera vez en agosto de 2020, en respuesta a las incertidumbres generadas por la pandemia global, llegando a un máximo histórico de 2,080.47 dólares.
Los analistas sugieren que el oro podría mantener su impulso alcista, proyectando nuevos máximos en el próximo año. A corto plazo, la resistencia clave se sitúa en 2,080 dólares, mientras que el soporte se establece en 1,980 dólares, marcando los límites en este emocionante viaje del oro hacia el cierre del año.
En un contexto económico lleno de desafíos y volatilidad, el oro continúa destacándose como un activo seguro y una opción de inversión atractiva para aquellos que buscan resguardar su capital.
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