El litio, la historia de un fracaso anunciado. (El innecesario debate público de nacionalizar lo nacional)

Por Paloma García Segura

En los últimos 20 años, el Litio (Li), ha sido utilizado en baterías para relojes, teléfonos celulares, componentes de hardware para computadoras, y algunos otros usos de importancia en la industria, y sobre todo en el diario vivir de las personas. Hoy por hoy encontramos este componente en baterías eléctricas recargables; materia prima indispensable para crear eficientes sistemas de almacenamiento energético, siendo esto lo que ha impulsado a que la industria automotriz, tenga una alta demanda de este metal haciendo que la competitividad en los mercados cambie su tradicional forma de crecimiento, y se procure dar cumplimiento a los estándares internacionales en materia de cambio climático.

Es veterana la noticia respecto a la evidencia clara sobre el cambio climático en el mundo, sin duda alguna estamos ante la necesidad de utilizar recursos renovables y fuentes inagotables de energía, provenientes por ejemplo del viento, del sol, de la geotermia y la marítima; fuentes de energía infinita, por encima de recursos no renovables y contaminantes como el petróleo o el carbón, yacimientos que, además, se encuentran en franco proceso de agotamiento.

Asimismo, es necesario recordar que los expertos en análisis de mercados y las diferentes formas de comportamiento de éstos, señalan que la economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes, todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende, sí y sólo sí se utiliza la mayor cantidad de fuentes de producción con la mayor cantidad posible de recursos renovables.

No obstante, ¿cuál es el comportamiento mínimo indispensable que se requiere en la práctica para convertir la economía “lineal tradicional” en economía circular? Los Estados y la industria deben reducir los residuos al mínimo. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional. Por consiguiente, un postulado necesario para la economía circular en el caso del litio es que el mineral (material y producto), exista en cantidad y calidad a efecto de que sea explotado y se obtenga un beneficio.

El caso de utilizar litio para generear energía en autos eléctricos, resulta una opción sustentable a futuro, es un claro ejemplo de economía circular que permitirá que se reduzcan las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero. Consecuentemente, la demanda de éste metal ira en aumento.

El gobierno mexicano, por conducto del titular del Poder Ejecutivo Federal, presentó una reforma a la Ley Minera, que fue aprobada por el Congreso de la Unión, sin precedente en 3 días y publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 20 de abril del 2022. Dicha reforma, establece que la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio, se realice de manera exclusiva por Estado Mexicano, a través de un organismo descentralizado que será creado para tal efecto.

Esto se antoja asequible, viable y necesario ante la alta demanda mundial de este metal, por encima de la oferta; inclusive, parecería que el Ejecutivo Federal tiene una visión emprendedora y que se trabaja en conjunto, con el Poder Legislativo.

Breves apuntes sobre el estado de cosas del litio en el mundo

Para que México participe en el negocio de la minería de litio, es necesario recordar quiénes son los principales países productores del litio a nivel global, que son ahora sus competidores y ocupan los primeros lugares en el mercado:

Para que tenga operatividad la reforma a la Ley Minera, será necesario que se reformen leyes transversales para crear el organismo descentralizado, tales como la Ley de Bienes Nacionales, la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos. Él o los reglamentos interiores de, por ejemplo la Secretaría de Econimía, o de la Secretaría de Energía, etcétera. Es decir, se requieren modificaciones importantes para resolver todo lo relartivo a la forma en la que operará el organismo. En otras plabras, se debe diseñar un andamiaje jurídico para resolver temas tales como si es que la cabeza de sector del organismo sera Economía o Energía, o, en su caso, si dependerá directamente de la administración pública federal y a que nivel. Si es una empresa paraestatal, si tiene o no autonomía de gestión, personalidad jurídica y demás requisitos de operabilidad.

Por la alta demanda del metal blanco, éstos países aumentaron significativamente su producción en los últimos años, lo que también requirió el uso de otros minerales de carácter estratégico como lo son el cobre, el cobalto, el níquel, el grafito, el manganeso y las tierras raras.

Si lo que busca la reforma a la Ley Minera que comentamos es que México esté a la vanguardia en la producción de las materias primas del futuro, y caminar hacia la transición energética, la modificación a la Ley Minera quedó coja, ya que hace una extraña referencia a los demás minerales declarados como estratégicos, pero sin especificar cuáles son, y mediante que instrumento legal se podrán decretar, menciones que debieron estar previstas en la iniciativa, en un país que supone respetar la legalidad y el estado de derecho. En otras palabras, es una reforma inaplicable, innecesaria y llena de lagunas que eventualmente, podrá ser materia de interposición de una acción de inconstitucionalidad por parte de los Estados, que se puedan ver afectados por dicha ocurrencia legislativa, por ejemplo, el Estado de Sonora.

No es extraño que Bolivia no aparezca en el listado de los principales productores de litio en el mundo, aunque el titular del Ejecutivo Federal haya declarado en su usual conferencia de prensa del  19 de mayo de 2021 que: “Con la visita del presidente de Bolivia Luis Arce se acordó que, por la experiencia que ellos tienen en la explotación de este mineral, nos ayudarán a analizar qué es lo más conveniente para la nación”. Es ampliamente conocido que Bolivia tiene graves problemas de comercialización, precisamente por graves asuntos de carencia de infraestructura.

El Gobierno de México se acercó al Gobierno Boliviano para conocer su modelo de nacionalización del litio y beneficiarlo directamente, sin embargo, no cuenta con la tecnología necesaria, por lo que el país Andino no es un productor para sí mismo ni para el  mundo, empero han señalado tener una reserva de 21 millones de toneladas. Por ello, en 2018 Bolivia anunció que se asociaba con la empresa alemana ACI Systems, para lograr la explotación, evidenciando con ello, la imposibilidad de combinar la ideología nacionalista-socialista, y al mismo tiempo pretender ser un productor eficiente y competitivo.

Finalmente, el país elegido como asesor de México (Bolivia) lanzó una convocatoria internacional a empresas para la extracción del metal. Al día de hoy, las operaciones de la mina están paralizadas, a pesar de que Bolivia ha invertido más de mil millones de dólares de dinero público en 15 años para extraer litio.

El litio mexicano.

Chris Berry, estratega de metales energéticos de la consultora House Mountain Partners, señaló que el mercado del litio es de 350,000 toneladas anuales; con una tasa del crecimiento de 20 %, se traducirá en un mercado de 1 millón de toneladas anuales para 2025 y 2 millones de toneladas para 2030, estimaciones de acuerdo con el crecimiento de la demanda del litio que se ha visto en los últimos años.

Los expertos en ciencias de la tierra señalan que este metal se obtiene de yacimientos en vetas y salmueras naturales (en forma de lagos), en el segundo caso, el litio se extrae a través de la evaporación, considerándose el producto de menor calidad. En el caso de los yacimientos, como cualquier mineral, se requieren estudios geológicos y arduos trabajos de exploración en el sitio, lo cual requiere altísimos costos, y largos periodos, en los que el resultado puede ser la no factibilidad de un proyecto. Las salmueras representan aproximadamente las tres cuartas partes de la producción mundial, y la minería de rocas representa el resto.

En México, el Servicio Geológico Mexicano (SGM), que se encarga de identificar y estimar los recursos minerales potenciales del país, ha mencionado que han sido encontradas concentraciones inusualmente altas de litio, en un yacimiento que está desarrollando la empresa Bacanora Lithium en Sonora, el principal prospector del metal blanco en el país.

Los yacimientos encontrados en México hasta el momento son sedimentos arcillosos, lo que conlleva a un riesgo muy alto, ya que en ningún lugar del mundo se han obtenido cantidades suficientes para llevar a cabo su comercialización, destacó el Ing. Sergio Almazán, Presidente de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México.

Bacanora Lithium, propiedad de la empresa china Ganfeng Lithium, señaló que iniciará una producción en 2023, de hasta 35,000 toneladas anuales. Esta cifra colocaría a México dentro de los 10 principales productores de litio. La mina mexicana tiene alrededor de 243 millones de toneladas de reservas. No hay que olvidar que el proyecto continúa en la primera fase de exploración.

Esta empresa ha invertido 50 millones de dólares en estudios de viabilidad y una producción piloto. La compañía prevé invertir hasta 2,000 mdd más en los próximos 10 años. Además es importantísimo, que desde las tempranas fases de una operación de litio, se defina el proceso de comercialización. Bacanora, por ejemplo, realizó en 2020 un acuerdo con una corporación, para venderle parte de la producción a un precio fijo, y tiene contratos de suministro a largo plazo con importantes productores de baterías como Panasonic y LG, y también con armadoras como Tesla, Volkswagen y BMW, ya que el precio del litio no se fija de manera internacional, si no que el precio se pacta con el comprador.

Es necesario para México que se concrete la producción y ventas de la Empresa Bacanora Lithium, esto significará el pago de derechos y de impuestos importantes para el país, por lo menos 30% sobre utilidades del pago del impuesto sobre la renta, más el 10% del PTU que es la participación de los trabajadores en las utilidades de la empresa, más un 7.5% sobre los ingresos acumulables, derivados de la venta de la actividad extractiva, del pago de derecho especial de la minera, un ingreso para la hacienda pública nada despreciable. Sin embargo, otro dato importante que se desprende de la reforma a la Ley es, ¿cuál será el futuro de la concesión de Bacanora Lithium y de las demás solicitudes de concesión que debe resolver el gobierno mexicano, cuando ha nacionalizado lo que es propiedad originaria de la Nación? Evidentemente se esperan andanadas de amparos y, tal vez, acciones de inconstitucionalidad por parte de los Estados que resulten afectados.

Como ya dijimos es necesario reiterar que la modificación a la Ley Minera, no menciona nada acerca de los concesionarios que exploran y eventualmente extraerán litio, de hecho, las concesiones mineras se otorgan sin especificar mineral. Creemos que la modificación no es retroactiva, solo de facto lo mencionó el presidente mexicano en una mañanera, sin embargo, el Estado Constitucional y Democrático de Derecho exige que se dejen claras las lagunas legislativas y se le haga saber a los titulares de derechos adquiridos y concesionarios, como quedan sus derechos y obligaciones.

Retos y desafíos en México.

La exploración es clave para la explotación, en ese sentido el Servicio Geológico Mexicano, requerirá 100 veces más, de lo que recibe hoy de presupuesto, si de verdad la política del gobierno es ser un productor importante de litio. Hay que recordar que Bolivia lleva alrededor de 1000 MDD en 15 años, de recursos públicos, sin recibir ninguna ganancia a cambio.

El tener reservas importantes de litio no es suficiente, basta ver el caso de Bolivia con reservas de alrededor 21 millones de toneladas certificadas.

Por ser una nueva actividad del Estado, el gobierno mexicano, no tiene el conocimiento técnico, ni la tecnología para explotar los yacimientos, por lo que le queda subcontratar los servicios, ¿qué hará el Gobierno? La Cámara Minera de México alertó que el país carece de los recursos económicos para la exploración; el presupuesto al Servicio Geológico Mexicano para 2022 es de 1000 millones de pesos para todo el territorio nacional, sin duda cifra 10 veces menor a lo que la exploración del litio requiere, y evidentemente las compensaciones presupuestales de la Secretaría de Economía no serán suficientes.

El T-MEC menciona que, en el 2025, los coches fabricados en estos tres países deberán tener al menos un 75% de sus componentes producidos en Norteamérica, para que puedan comercializarse libres de aranceles, México deberá asegurar un suministro suficiente de este metal.

Litiomex (presunto nombre del órgano descentralizado que se pretende crear), deberá desarrollar políticas       ambientales y socioambientales, al nivel de sus competidores, ningún acuerdo presidencial, permitirá presentar manifiestos de impacto ambiental hechos sobre las rodillas y aprobados sin condicionantes a los 5 días de presentados; deberá propiciar negociaciones con los titulares de las tierras ya sean ejidos o privados, abrir la información de sus proyectos a la comunidad de que se trate, cumplir los tratados internacionales en materia ambiental, de acceso a la información pública y a la consulta, al igual que todos sus competidores, si queremos tener operaciones sustentables de clase mundial y que protejan los derechos humanos. O, ¿acaso estaremos ante la presencia de otro proyecto profundamente emproblemado como el Tren Maya?


https://businessinsider.mx/litio-bacanora-servicio-geologico-mexicano/.  

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