El repunte de la minería durante la época de independencia en México

Durante la época de la independencia, en esa época México era un país básicamente rural donde aparte de la producción agrícola, había ingenios azucareros, alguna producción de derivados de alcohol (aguardientes y mezcales), minería y orfebrería.

El último medio siglo de la Colonia se caracteriza por un crecimiento notable de la producción y el comercio, que puso a prueba la estabilidad de todas las instituciones coloniales, donde también la explotación de metales alcanzó un auge sin precedentes.

La minería desplazó al comercio como fuente principal de nuevas fortunas. La mayoría de los grandes mineros invertían grandes sumas en la agricultura. Humboldt calcula que el valor de la producción minera ascendía al 90% de la agricultura.

El producto de la minería de metales preciosos no estaba dirigido al mercado interno. Las ataduras coloniales, el atraso técnico y las dificultades de las otras ramas de la industria, impidieron que el auge minero tuviera efectos más profundos en la economía del país.

La agricultura en la Nueva España estaba dedicada, casi exclusivamente a la satisfacción de las necesidades internas. La agricultura también conoció una etapa de auge, debido a tres factores principales: el crecimiento de la población, el aumento de las inversiones y el auge del mercado interno en las minas y las zonas urbanas.

A fines de la Colonia había tres tipos de explotación: la hacienda, la comunidad indígena y la pequeña propiedad. La fundación de la hacienda concuerda con la expropiación de las comunidades indígenas y el surgimiento de un ejército de trabajadores libres o semi libres. El predominio de la hacienda que podemos llamar "extensiva", en la mayor parte de la Nueva España, frenó el avance técnico de la agricultura y limitó aún más el papel transformador de la minería en auge.

Fuente: independenciactsyv.blogspot.mx