Escucha descubre los secretos de la minería a través de una andada nocturna

La Asociación Cultural para la Conservación del Patrimonio Minero de Escucha convocó el pasado viernes a un buen número de participantes en la primera convocatoria organizada de la Andada minera nocturna. Tras los preceptivos consejos y advertencias dados por Agustín Sanz, miembro de la organización, los andarines, provistos de casco protector sobre sus cabezas y una iluminación adecuada, partieron a las diez de la noche del local de la asociación, ubicado en la travesía frente al ayuntamiento en dirección al pozo Pilar, primer destino de este interesante itinerario.
Iluminados tan solo por la luz de los frontales, los sesenta inscritos llegaron a su destino a través de caminos rurales, rodeando el casco urbano. En el pozo Pilar los organizadores habían dispuesto dividirlos en dos grupos.
El primero se dirigió hacia el castillete del pozo, dispuestos a ascender los 52 metros de altura, hasta lo más alto, con sus 228 escalones. Es una estructura metálica con forma de torre formada por cuatro montantes, y está compuesto por dos tornapuntas, enlazados entre sí, que le otorgan estabilidad y resistencia. En la parte superior del castillete se encuentra la sala de máquinas del skip, que funcionaba con una polea Koeppe de 4 metros de diámetro.
Vista nocturna
Desde esta parte superior se pudo disfrutar de una vista impresionante de las luces nocturnas de la localidad, levantando más de un comentario de admiración entre los intrépidos visitantes. Tras un descenso no menos épico que la subida, en tramos de 13 o 14 escalones con un buen grado de inclinación, se visitó el centro de interpretación de la minería ubicado en las salas inferiores. Así, pudieron visitar la enfermería, el laboratorio, salas de juntas, despachos y muchos otros espacios que nos remontan a los años 70 en los que estuvo esta mina en explotación.
La oscuridad y la minería siempre han estado conectadas. No en vano, el interior de una mina es uno de los lugares más oscuros a los que se puede enfrentar el ser humano. Esta experiencia la tuvieron el pasado viernes las más de sesenta personas inscritas en la I Andada Minera Nocturna cuando se adentraron, en uno de los tramos del recorrido elegido, en el interior del túnel que conectaba el antiguo pozo Pilar con la central térmica, que comunicaba con la cinta transportadora que llevaba el mineral hasta la Central.
Los metros que separan ambas construcciones mineras se acortan en la oscuridad y hace que el visitante conozca la oscuridad del subsuelo. Sin apenas darnos cuenta estamos pasando bajo la carretera, como comenta Otilio, uno de los miembros de la asociación; y enseguida estamos muy próximos a la entrada de la Central. Ha llegado el momento de salir y dirigirse hacia el punto siguiente: la salida de emergencia del museo minero.
La entrada se hace por un plano muy inclinado que conduce hasta el interior del museo, allí Juan José Martínez, presidente de la ACCPAME, siguió con las interesantes explicaciones, hasta que una guía del museo tomó el relevo y completó la visita. Concluye el recorrido saliendo al exterior montados en las vagonetas con la sensación de salir de las profundidades, casi tres horas conociendo el mundo interior de Escucha.
Como colofón a la visita, la organización de esta curiosa y distinta andada nocturna tenía preparada una chocolatada para que los participantes compartieran las experiencias vividas. Era la una de la madrugada de una jornada nocturna diferente.
Fuente: www.diariodeteruel.es