Estados Unidos incorpora el cobre a su lista de minerales críticos y amplía su estrategia de seguridad industrial


El Gobierno de Estados Unidos decidió sumar el cobre a su lista de minerales críticos, un cambio que marca un nuevo rumbo en la política de abastecimiento del país y que refuerza la apuesta de la administración de Donald Trump por asegurar insumos clave para la economía y la infraestructura nacional.

La actualización fue publicada por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y reemplaza al listado vigente desde 2022. Junto al cobre se incorporaron también uranio, plata, carbón metalúrgico, potasa, renio, silicio y plomo, ampliando el alcance de los recursos considerados estratégicos.


Un metal bajo presión por la dependencia externa

La decisión no sorprende dentro del sector minero. Desde hace años, distintas organizaciones habían insistido en que el cobre debía ser reconocido como un mineral crítico debido a su papel en la electrificación, el transporte y las tecnologías de comunicación.

En Estados Unidos, la mitad del cobre que se consume proviene del extranjero, con Chile, Perú y Canadá como principales proveedores. El refinado, en cambio, se realiza mayoritariamente en China, un punto que la actual administración observa con preocupación.


Posibles efectos en el comercio

El nuevo listado servirá de referencia para la investigación que la Casa Blanca mantiene abierta bajo la Sección 232, destinada a evaluar si la dependencia de ciertos minerales pone en riesgo la seguridad nacional.

Ese proceso podría derivar en aranceles, restricciones o incentivos destinados a fortalecer la producción interna.

La industria, que venía presionando por la inclusión del cobre y la potasa, considera que la medida podría impulsar nuevas inversiones y acelerar la obtención de permisos para proyectos mineros.

La plata, el punto sensible

Uno de los anuncios que generó mayor inquietud fue la incorporación de la plata. Operadores de metales preciosos y empresas que dependen de este insumo —utilizado en electrónica, paneles solares y dispositivos médicos— advierten que cualquier cambio arancelario podría generar volatilidad en el mercado.

Estados Unidos depende en gran medida de las importaciones para abastecer su demanda interna, por lo que un ajuste comercial tendría efectos inmediatos.


Una señal de las prioridades de Washington

La actualización del listado confirma que el Gobierno estadounidense busca reducir vulnerabilidades en cadenas de suministro y asegurar acceso estable a materiales esenciales.

Para la administración Trump, el fortalecimiento del suministro interno no es solo un asunto económico, sino un componente clave para la infraestructura, la innovación y la seguridad nacional.

Fuente: Bloomberg