La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025, convirtiéndose en la primera mujer latinoamericana en recibir este reconocimiento. El premio celebra una trayectoria que ha sabido capturar, con luz y sensibilidad, la identidad cultural de México y la fuerza de sus mujeres.
Desde hace más de cinco décadas, Iturbide ha construido una mirada que trasciende lo documental para convertirse en poesía visual. Su obra, reconocida en los museos más importantes del mundo, ha dado voz a comunidades, tradiciones y paisajes que definen el alma mexicana.
Una mirada que transformó la fotografía mexicana
Nacida en la Ciudad de México en 1942, Graciela Iturbide descubrió la fotografía casi por casualidad. En un principio soñaba con ser directora de cine, pero tras ingresar al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM en los años sesenta, conoció al maestro Manuel Álvarez Bravo, quien se convertiría en su mentor. Junto a él recorrió distintos países y aprendió a mirar la realidad con respeto, paciencia y una profunda curiosidad por la vida cotidiana.
En 1978 fue comisionada por el Instituto Nacional Indigenista para documentar comunidades indígenas en México. Así nació su célebre serie sobre el pueblo Seri, en Sonora, y poco después su icónico trabajo en Juchitán, Oaxaca, donde retrató la fortaleza de las mujeres del Istmo. Estas imágenes, hoy consideradas piezas fundamentales de la fotografía contemporánea, desafiaron los estereotipos y mostraron una feminidad poderosa y libre.
De lo cotidiano a lo sagrado
La obra de Iturbide no busca el exotismo ni el dramatismo: observa lo que otros no ven. Sus fotografías en blanco y negro exploran la relación entre la vida y la muerte, lo humano y lo espiritual, lo efímero y lo eterno. “Fotografiar es una forma de conocer”, ha dicho alguna vez, y en cada una de sus imágenes esa búsqueda se hace evidente.
Sus exposiciones han recorrido el mundo: del Centro Pompidou en París al MARCO en Monterrey, del Museum of Fine Arts en Boston al Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo en Oaxaca. Ha recibido reconocimientos internacionales como el Premio Nacional de las Artes, el Premio Hasselblad en Suecia, el Legacy Award en Estados Unidos y el Premio Internacional de Fotografía de Alcobendas en España.
Un legado vivo
A sus 83 años, Graciela Iturbide continúa fotografiando. Su lente sigue siendo una extensión de su sensibilidad: una herramienta para entender el mundo, para recordarnos que en lo ordinario también habita la belleza.
El Premio Princesa de Asturias de las Artes no solo celebra su carrera, sino el impacto de su mirada: una mirada que ha hecho visible la dignidad, la memoria y el alma de México.
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