En un contexto global de creciente demanda de minerales esenciales para la transición energética, Chile ha marcado un hito en su historia minera con una inversión que alcanza su nivel más alto en una década. Según el Anuario Estadístico de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), el país andino registró un desembolso total de US$ 14.214 millones en 2023, la cifra más significativa desde 2013.
Este récord refleja un resurgir en el sector, impulsado por el sólido desempeño de la gran minería privada y las ambiciosas inversiones de la estatal Codelco. Con un 44% del total de la inversión, Codelco ha liderado el esfuerzo, destinando US$ 4.368,7 millones a la expansión y mejora de sus operaciones.
Las empresas privadas también han jugado un rol crucial, sumando un total de US$ 9.819,4 millones en inversión. Destacan Antofagasta Minerals, del grupo Luksic, con una inversión acumulada de casi US$ 20 mil millones en los últimos veinte años, enfocada en proyectos como Los Pelambres y Centinela. Escondida, operada por BHP, y Teck Resources también han realizado significativas contribuciones, con inversiones de US$ 11.334,2 millones y US$ 9.160,5 millones respectivamente en proyectos clave.
El futuro del sector minero en Chile parece promisorio, con proyecciones de inversión para 2024 que anticipan un crecimiento continuado. Antofagasta Minerals prevé desembolsar US$ 7.500 millones, mientras que Codelco mantiene un ritmo inversor robusto con alrededor de US$ 4.500 millones anuales. Proyectos estratégicos como Los Bronces Integrado y la expansión de El Abra, que en conjunto demandarán otros US$ 7.500 millones, están en la mira, fortaleciendo aún más la posición de Chile como líder en la industria minera global.
Inversión estatal y desafíos futuros
Aunque Codelco ha destacado por su aporte significativo, la inversión en otras empresas estatales como Enami ha sido comparativamente modesta, con solo US$ 482,7 millones invertidos desde 2004. Este desbalance pone de relieve la necesidad de revisar y fortalecer las políticas de inversión estatal para asegurar un desarrollo equitativo y sostenido en el sector.
La consolidación de Chile como un referente en la minería mundial dependerá, en gran medida, de cómo el país gestione estos desafíos y de su capacidad para mantener un entorno favorable para la inversión, especialmente en un escenario de precios volátiles y crecientes demandas ambientales.
Con una industria en plena expansión y un panorama global que favorece la minería sustentable, Chile se prepara para capitalizar sus recursos, garantizando el crecimiento económico y su liderazgo en el suministro de minerales estratégicos.
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