Sin lugar a duda, el aumento de la inflación en los últimos meses ha afectado a los bolsillos de todas las familias, pero, por desgracia
Por: Moisés Gómez Reyna
Los más dañados han resultado los hogares de menores ingresos.
Recientemente, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó las presiones inflacionarias y el impacto regresivo en el gasto de los hogares con diferentes niveles de ingresos.
El estudio mostró que el alza en los precios ha afectado particularmente el poder adquisitivo de los hogares más pobres del país, lo que definitivamente no es una buena noticia para el combate a la pobreza y la desigualdad en nuestro país.
De acuerdo con el IMCO,en las familias del primer decil (las de menores ingresos), que perciben alrededor de 9 mil 938 pesos al trimestre (o 3 mil 313 pesos al mes), el incremento en el precio de su canasta de consumo es de 8.74% anual.
En contraste, aquellas familias del decil 10 (las de mayores ingresos) que perciben en promedio 163 mil 282 pesos al trimestre ($54 mil 427 al mes) registran un encarecimiento de solo 7.48% anual en su canasta de consumo.
Esto se debe a que, en general, los hogares de menores ingresos destinan una mayor proporción de su gasto a la adquisición de bienes cuyos precios han subido más durante el último año, por lo que el impacto de la inflación es más fuerte para sus canastas de consumo.
La canasta de consumo de hogares con bajo nivel de ingresos (decil 1) se concentra más en bienes de consumo básico como alimentos y bebidas, que enfrentan los incrementos más pronunciados en sus precios.
Así, en el decil 1 con el menor nivel de ingreso, los hogares dedican 7.2% de su gasto a la compra de verduras, legumbres y semillas (con inflación anual de 13.1% en abril 2022), mientras que esa proporción es de 4.8% en el decil 5 y apenas 2.2% en el decil 10.
En cambio, en los hogares con mayores ingresos (decil 10) dedican más recursos al pago de servicios de educación, cuidado de vehículos y comunicaciones, donde los precios han aumentado en menor medida (o incluso caído), por lo que el impacto de la inflación ha sido menor.
De esta forma, el gasto en artículos y servicios de educación para el decil 1 fue únicamente 2.4%, mientras que en el decil 5 se destinó 3.8% y en el decil 10, 9.8% del gasto total. Pero el incremento anual en los precios de ese rubro es de solo 3.2%.
En conclusión, el efecto del incremento de precios sobre los productos en los que más gastan los hogares más pobres, implica que el poder adquisitivo de los estratos más bajos es también el que más se contrae con la alta inflación.
Esto tendrá como consecuencia, un aumento en las brechas de desigualdad en el País, que persisten no sólo en ingresos, sino también en salud, educación, alimentacióny otros rubros relacionados.
Para salvaguardar el poder adquisitivo y buscar estabilidad, el IMCO propone:
1. Fortalecer la competencia. Asegurar el funcionamiento de organismos cuya función es impedir prácticas monopólicas y la manipulación de precios.
2. Aprovechar los beneficios del comercio exterior. Facilitar la importación de bienes básicos, principalmente alimentos, para incrementar su disponibilidad a precios más bajos, mejorando el nivel de precios enfrentado por la población.
3. Focalizar los apoyos a la población de más bajos recursos. Se requiere un diseño adecuado de los programas de apoyo social, que deben incluir no solo transferencias, sino otras estrategias encaminadas a garantizar el apoyo a las poblaciones más vulnerables.
4. Facilitar la producción nacional de bienes con alta inflación. Incentivar y acelerar la producción local de bienes esenciales, como los granos, a fin de asegurar una mayor oferta y disponibilidad de alimentos con precios competitivos a largo plazo.
Twitter: @GomezReyna
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