En las mañanas de agosto -lluviosas y frescas- la casa de Francisco Robles huele a café, su día inicia bebiendo una taza de este elixir, producido por él y su familia; la marca de la empresa: “Café Robles” es un proyecto que desde sus inicios, en 2021, fue impulsado por Peña Colorada.
Jesús Hernández, Gerente de Relaciones con la Comunidad, explica que para contribuir al desarrollo económico de la región donde la empresa opera, se apoyan diversos proyectos, como éste que desarrolló un esquema destinado a la producción de café de altura, para un grupo de 20 habitantes de la comunidad de El Arrayanal, en el municipio de Minatitlán.
“La asesoría ha sido permanente hasta lograr el desarrollo de marcas propias con un producto de excelente calidad, aprovechando las condiciones climáticas de la región; de nuestra parte, hemos brindado un seguimiento continuo durante dos años”.
Robles tuvo su primera cosecha el año pasado: 700 kilos de café variedad Oro Azteca y Marsellesa, con ello inició su empresa familiar; por su parte, otros de los beneficiarios trabajan en un colectivo y también tienen su propia marca de este producto.
Hace unos días, Francisco y el resto de beneficiarios recibieron la tercera entrega de cafetos, para continuar impulsando sus empresas y colectivos. En su caso, ya tiene mil 200 plantas sembradas y su apuesta es por la agricultura orgánica, para garantizar una mejor calidad de su café.
En decenas de hogares más, sobre todo de Manzanillo y Minatitlán, se toma por las mañanas “Café Robles” -como el que la canción pedía que lloviera en el campo-; y en cada taza de esta bebida va parte del corazón de Peña Colorada y en cada sorbo el impulso por la transformación en equilibrio.
“El cuidado es tedioso, pero al final del día vale la pena porque ves la respuesta en la planta y la calidad del café que es cien por ciento orgánico; ya tuve producción de un café muy rico porque tenemos variedades diferente y ya también empecé a hacer mezcla de granos”.
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