Industria minera de México: protagonista de las políticas económicas
El sector minero representa una de las principales fortalezas económicas de México, por lo que fomentar esta actividad debe ser un objetivo prioritario de las estrategias de intervención del país.
Su importancia radica en los beneficios que se desprenden directamente de la industria, como la generación de empleos, de divisas, de inversiones y el crecimiento de su cadena de valor.
De acuerdo con el INEGI, en 2015 el sector representó 8.8% del Producto Interno Bruto (PIB) industrial y 3% del PIB nacional. Además de esta participación, su valor se extiende en 24 de los 32 estados de la república mexicana, lo que convierte a nuestro país en el destino más importante para la inversión en exploración de minerales en América Latina y el cuarto a nivel mundial.
Sonora, Zacatecas, Chihuahua y Coahuila fueron los principales estados productores del sector en 2015 y, en conjunto, aportaron 67.7% del valor total de la producción minera en México.
Los ricos yacimientos de minerales, la reducción de las tarifas de electricidad y la disponibilidad de mano de obra, entre otros factores, mantuvieron importantes montos de inversión y desarrollo de proyectos. Sin embargo, 2015 no fue un año sencillo para la minería, ya que los bajos precios de los
metales limitaron el dinamismo de la actividad en diferentes aspectos.
El año pasado representó un periodo de importantes proyectos que seguramente impactarán las cifras que se presentarán oficialmente en 2017. Por ejemplo, de acuerdo con BMI Research, durante los primeros tres trimestres de este año, las fusiones y adquisiciones mineras y las inversiones
totalizaron 142 millones de dólares (mdd), en comparación con solo 26.7 en el mismo periodo de 2015.
Las proyecciones indican que la industria minera de México atraerá cada vez más la inversión extranjera debido a que los precios clave de los minerales se incrementan y el país cuenta con un entorno operativo estable con bajos costos de producción.
Se estima que la composición particular de la industria minera mexicana se beneficiará, ya que los precios de los minerales —para sus principales materias primas nacionales— continuarán superándose hasta 2020. Incluso se espera que el valor de la industria minera de México (MIV) pase de
15,700 mdd en 2016 a 17,800 mdd en 2020, lo que representaría un crecimiento anual de 3.3%.
La minería requiere de importantes inversiones, sujetas a la volatilidad de los precios de los metales y minerales, con altos riesgos geológicos y técnicos. Para tener seguridad jurídica de largo plazo se requiere una política minera de Estado con reglas claras y correctamente articuladas que promuevan la competitividad de la industria para así, estar a la par de otros países mineros.
Por otra parte, se debe promover la exploración, un factor vital para el óptimo desarrollo del sector e indispensable para la permanencia rentable de las empresas. Bajo la premisa de que la industria minera es básica y estratégica para el desarrollo y progreso de cualquier nación, en el año que está por comenzar el gobierno debe promover las inversiones, creando mecanismos más eficientes para generar permisos expeditos que eliminen los actuales trámites mineros que resultan tortuosos, y que pueden desalentar y reducir las inversiones.
La minería representa el primer eslabón de la cadena productiva de diversas industrias, por ende, no es suficiente tener un potencial geológico minero atractivo si no existe una política que garantice y estimule su desarrollo. Un reto por el que México debe apostar.
Fuente: Milenio