La industria del aluminio se enfrenta a una encrucijada con el pronóstico de un aumento del 40% en la demanda mundial para 2030, según un informe encargado por el Instituto Internacional del Aluminio (IAI). Este desafío plantea interrogantes cruciales sobre la sostenibilidad y la necesidad de adoptar prácticas innovadoras.
El aluminio primario, representando el 70% de la producción global, se destaca por ser intensivo en carbono debido a las emisiones significativas en las fases de refinado y fundición. Sin embargo, la producción secundaria, basada en el reciclaje, emerge como una solución más sostenible, utilizando solo el 5% de la energía necesaria para la producción virgen.
La Coalición First Movers (FMC) lidera la carga hacia la descarbonización, uniendo a más de 100 empresas y gobiernos en un esfuerzo conjunto. La demanda de aluminio primario bajo en carbono, con menos de 3 toneladas de CO2 por tonelada, se ha convertido en un impulsor clave de la oferta de productos descarbonizados.
El informe destaca dos estrategias para reducir las emisiones en el refino primario de aluminio: la "vía de reducción innovadora", con una rápida adopción de tecnologías, y la "vía de reducción gradual", que considera obstáculos potenciales y plazos más largos. Ambas rutas dependen de tecnologías clave, desde la recompresión mecánica de vapor hasta la utilización de energías renovables y sistemas de captura de carbono.
Este aumento proyectado en la demanda de aluminio no solo plantea desafíos sino que también presenta oportunidades para la innovación y la transformación sostenible. La industria se encuentra en un punto de inflexión, y la adopción de enfoques vanguardistas será crucial para garantizar un futuro sostenible.
Fuente y Foto: World Economic Forum
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