En medio de la creciente transición hacia fuentes de energía sostenible, el sector minero enfrenta una presión sin precedentes debido al aumento en la demanda de minerales y metales críticos. El Foro Económico Mundial ha destacado la necesidad urgente de comprender las características geológicas de la producción de metales, ya que más del 60% de los minerales críticos se obtienen como subproductos, según un reciente informe.
Las proyecciones sobre el déficit de suministro a menudo se centran en la construcción de nuevas minas, pero este enfoque podría pasar por alto las complejidades geológicas y metalúrgicas. Los minerales rara vez se encuentran como elementos puros en el suelo; más bien, están asociados con otros elementos en minerales que, a su vez, forman rocas.
El desafío se presenta cuando, tras la exploración, los minerales clave se encuentran en concentraciones insuficientes para explotación comercial directa. En estos casos, la extracción se vuelve dependiente de los "metales hospedantes", de los cuales los minerales críticos son subproductos.
La "complementariedad" de los metales, es decir, la producción de un elemento como subproducto de otro, se ilustra en la rueda de los metales. Esta representación gráfica destaca que, en el caso de los minerales críticos, más del 60% se producen como subproductos, subrayando la importancia de entender estas asociaciones.
El ejemplo del grupo del platino, con sus seis elementos metálicos asociados, demuestra cómo comprender la capacidad de asociación es crucial. El Complejo Ígneo de Bushveld en Sudáfrica, la principal fuente de estos minerales, abastece significativamente al suministro mundial de platino, paladio, rodio, iridio, rutenio y osmio. Esta complejidad geológica hace improbable la extracción directa de algunos metales críticos, a pesar de su importancia.
La oferta y la demanda de estos subproductos presentan desafíos únicos. A diferencia de los productos no mineros, un aumento en la demanda de metales complementarios no garantiza un aumento equivalente en la oferta. La viabilidad económica del proceso de extracción del metal hospedante sigue siendo el factor determinante.
La volatilidad de precios también juega un papel crucial; los subproductos experimentan una variabilidad del 50% más que los metales principales, desincentivando las inversiones en su extracción. Este riesgo de volatilidad es identificado como un factor de alto impacto y alta probabilidad por iniciativas como Securing Minerals for the Energy Transition (SMET).
No obstante, en medio de los riesgos, surgen oportunidades. Reevaluar la mineralogía y el potencial de subproducción en cada yacimiento podría permitir a las empresas mineras ampliar las líneas de procesamiento y producir elementos complementarios como subproductos. Esta estrategia no solo contribuiría al suministro de minerales críticos, sino que también ayudaría a gestionar pasivos ambientales al aprovechar estériles de minas existentes.
Estas oportunidades representan una ampliación de las herramientas para mitigar riesgos ambientales y fortalecer las cadenas de suministro. La colaboración entre partes interesadas, a nivel nacional y transnacional, es esencial. Asociaciones estratégicas entre instituciones como el Foro Económico Mundial, el IGF y Johnson Matthey desempeñan un papel crucial para respaldar estos esfuerzos.
La gestión efectiva de la oferta y la demanda de minerales críticos no solo es esencial para garantizar la continuidad de la transición hacia una energía más limpia, sino que también destaca la necesidad urgente de comprender y abordar los desafíos geológicos y económicos que enfrenta el sector minero en este contexto.
Fuente: Word Economic Forum
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