La minería mexicana ha demostrado ser un pilar fundamental para el bienestar y calidad de vida de más de 3 millones de familias mexicanas, beneficiando a 696 comunidades en 212 municipios a lo largo de la república. Según el Informe Anual 2024 de la Cámara Minera de México (CAMIMEX), la minería formal en México es un sector vital para la economía del país, ya que abastece a más de 70 sectores productivos, incluyendo el sector energético y la construcción.
A pesar de los retos que enfrentó la minería en 2023, como la disminución de su participación en el PIB nacional y el decremento en la producción minera, el sector logró consolidarse como un empleador para más de 416,875 trabajadores, con salarios 33% superiores al promedio nacional. Además, la cantidad de mujeres trabajando en el sector minero creció en un 3.4% respecto a 2022, alcanzando una proporción del 17.9% del empleo minero-metalúrgico total.
La minería mexicana también se comprometió con la transición energética, al enfocarse en el desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles para reducir su huella ecológica. "Es indispensable aprovechar el gran potencial minero del país y transformar los recursos naturales de manera responsable en oportunidades de desarrollo y bienestar para el país", destaca Jaime Gutiérrez, presidente de CAMIMEX.
El Informe Anual 2024 de CAMIMEX también destaca que la minería no solo impulsa el crecimiento económico a través de la generación de empleo y las inversiones que genera, sino que también contribuye al desarrollo social y al bienestar de las comunidades. En muchas zonas remotas donde opera, la minería formal representa a menudo la única fuente digna de empleo.
La Cámara Minera de México ha enfatizado la importancia de trabajar estrechamente con las autoridades para reactivar la industria minera responsable, en un ambiente de colaboración, certidumbre y competitividad, para seguir generando bienestar para la población.
La minería mexicana es un sector vital para el país, que no solo contribuye al crecimiento económico y al desarrollo social, sino que también se ha comprometido con la transición energética y el bienestar de las comunidades. Es hora de aprovechar este potencial minero responsable y transformarlo en oportunidades de desarrollo y bienestar para México.
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