La Minería Sufre de Fatiga
Por Dr. Manuel Viera Flores, Presidente de la Cámara Minera de Chile
La fatiga es diferente de la somnolencia. La fatiga es una falta de energía y de motivación. En cambio, la somnolencia es la necesidad de dormir. Ambas se complementan con la apatía, aquel sentimiento de no importar qué suceda.
Como pueden ver, nuestra minería está fatigada y sufre somnolencia y apatía, que amenazan con convertirse en estados crónicos de la actividad. ¡Esto no lo podemos permitir!
Necesitamos despertar a la minería, sacarla urgente de esta situación. Todos juntos, sin excepción, teniendo presente el bien superior del país, que es el desarrollo y crecimiento socioeconómico.
También, existe inercia, además de parálisis en la toma de decisiones para cambiar el rumbo de nuestra minería, para que siga siendo competitiva, genere divisas para el país y crecimiento socioeconómico. Pero, en los últimos tiempos, la minería no crece y no se desarrolla. Ha perdido glamour. Ya no es el polo atractivo para la llegada de capitales extranjeros, ni el hábitat de Alicia en el país de las maravillas, y Uds. se preguntan ¿por qué ha pasado esto?
Veamos algunas causas de fatiga y somnolencia, que actualmente sufre nuestra industria minera:
Falta de políticas públicas para fomentar y desarrollar de mejor manera la minería. Aquí se puede ver una falta de motivación para buscar mejores soluciones en la venta del 10% de las acciones tipo B indisoluble, que tiene el Estado de Chile en poder de la Empresa Nacional de Minería. Todos sabemos que esta venta no resolverá el problema financiero de ENAMI. Por el contrario, profundizará más la deuda a largo plazo por falta de ingresos. A mi juicio, la valorización del 10% se debió hacer mediante el código VALMIN, que es la metodología correcta y, al menos, el valor debe ser superior a 900 MUSD, dependiendo del ritmo óptimo de producción que maximice el VAN del negocio, y el precio del cobre entre otros.
Es impresentable para el país la demora de los permisos y, sobre todo, la gran cantidad de permisos que se necesitan para desarrollar un proyecto minero. Es dramático, demorándose años, perjudicando el atractivo del país y también la competitividad, pues los inversionistas van a otras regiones más atractivas con menos complejidades. Miren el caso de la República Democrática del Congo que, a pesar de su riesgo país, concentra gran parte de la inversión minera mundial.
Chile perdió su capacidad de fundición. Aquí hay somnolencia. En menos de 2 años se han cerrado 2 fundiciones tradicionales con historia: Ventanas, en la Quinta Región, de Valparaíso; y Paipote, en la Tercera Región de Copiapó. Con ello, el país pierde una capacidad de fundición de 720.000 y obliga a Chile a aumentar la producción de concentrado entre 50% a 70% al 2030. Esto es la consecuencia de malas decisiones que se debieron tomar hace 10 o 15 años atrás. Ahora hay que sumar el cierre de Huachipato. Parece increíble, pero el Congo ya alcanzó a Chile en capacidad de fundición: y Perú, con sus grandes proyectos de cobre, superará a Chile en unos 13 años.
Ya no es el país que seduce a los inversionistas. Así lo refleja el Ranking de Atracción de Inversiones Fraser, donde cada año perdemos posiciones descendiendo 6 lugares al puesto 30. Estamos en el rumbo equivocado, aumentando la carga tributaria y con un modelo de royalty que no ayuda, los inversionistas se van buscando otros ecosistemas mineros que les den más y mejores beneficios para su inversión. Argentina, Perú y el Congo son los mercados elegidos.
Aún no están reguladas la exploración y explotación de salmueras en el Código de Minería. Chile es uno de los países que posee más salares en el mundo y es impresentable que no exista una regulación. La minería de salmueras se debe tomar en cuenta, incluso, en los planes de estudios en las universidades.
La estabilidad jurídica y tributaria ya no está dando confianza al inversionista debido a las innumerables reformas, tras reformas tributarias. Lo que se quiere son reglas claras y menos incertidumbre.
Desde el año 2004, Chile tenía levemente superior al 30% de las reservas mundiales de cobre y más del 50% de las reservas de litio. Hoy ha disminuido drásticamente en el mercado mundial llegando solo al 22% de las reservas de cobre y el 41% de litio, preocupa el inmovilismo y aquí sí sufre fatiga, somnolencia y cierta parálisis empresarial.
Gran parte del boom de la década dorada de la minería en Chile, en la década del 2000, fue gracias a la inversión y producción de la minería privada, abrazada a la hidrometalurgia del cobre. Hoy se nos están agotando las reservas de óxidos de cobre y eso obliga a ir a la producción de concentrados cuyo EVA y atractivo económico son más bajos que los cátodos de cobre vía hidrometalurgia. Aquí hay fatiga extrema.
Tenemos al litio prisionero por un gustito que se da el mundo político: Chile tenía más del 50% de las reservas mundiales y era el primer productor de litio. Hoy, la figura es distinta, perdiendo glamour Chile representa solo un 41% de las reservas mundiales de litio. Mi opinión es que se debe dar un golpe de timón y abrirse a la inversión privada para aumentar la producción por el bien del país, hay más de 60 proyectos de litio en desarrollo en el mundo.
Actualmente, los yacimientos de cobre en Chile son de baja ley, aumenta la dureza de las rocas, minas cada vez más profundas, aumento de los costos, minas maduras, falta de nuevos proyectos y el rechazo de los pocos que hay por el Comité de Ministros, que no aporta nada.
En general, falta regular la minería de salmueras que es importante y es urgente hacer concesible el litio. De lo contrario, estamos perdiendo liderazgo, competitividad y mayores divisas para el país.
Se deben industrializar nuestro cobre y litio, como también nuestro renio, y así no regalamos todos los distintos minerales que van contenidos en la venta de los concentrados.
Falta una política y una regulación para la minería submarina o llamada de los fondos marinos. Nuestro maritorio debe estar amparado con el fin de proteger nuestras riquezas. ¿Alguien puede explicarme por qué Chile le dio el voto al candidato brasileño y no al propio chileno, como autoridad de los fondos marinos?
Falta una política espacial y de astrominería o minería espacial, que es preciso tenerla de manera urgente para no quedar atrasados. Tenemos un Instituto Chileno de Astrominería, ASTROMIN, que se debe apoyar para futuras investigaciones.
Como se puede observar del análisis, nuestra minería sufre de fatiga y somnolencia extrema para volver al rumbo correcto. Es indispensable tener un plan de acción realista que permita simplificar los permisos y dejar tranquila la carga tributaria, que ya es alta. El Ministerio de Hacienda nunca entendió el real problema de la minería y ahora estamos pagando los platos rotos.
Tenemos una oportunidad con nuestro cobre y litio, que en el futuro serán muy demandados. ¿Qué falta? ¿Voluntad política? Sí, además de un acuerdo amplio, mediante una alianza público-privada. Pero se debe tomar una decisión de manera urgente.
La solución para la fatiga la tienen nuestras autoridades y confiamos en que tendrán la receta para dinamizar el sector y hacerlo crecer mediante buenas políticas públicas. Tenemos que volver a transformar a Chile en la capital minera del mundo.
“El veneno más peligroso es la sensación de logro. El antídoto es irse a acostar pensando en qué se puede hacer mejor mañana” (Ingvar Kamprad).
Fuente: Guiaminera.cl