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Los Minerales Fotosensibles

Luces y colores Todas las especies Argentíferas son, por lo general, particularmente sensibles a la luz, tanto natural como artificial. Un caso muy conocido es el de los halogenuros de

hace 7 años

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Luces y colores

Todas las especies Argentíferas son, por lo general, particularmente sensibles a la luz, tanto natural como artificial. Un caso muy conocido es el de los halogenuros de plata – en concreto del cloruro (cloroargirita) y del más raro bromuro (bromargirita), que se encuentran en las zonas superficiales de los yacimientos de plata - , que si se exponen a la luz, cambian de color en poco tiempo pasando del blanco o del amarillo verdoso al negro. Además, no es posible de volver recuperar el color original.

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También la proustita y la pirargirita, con estupendos cristales rojos, se vuelven negras si se exponen durante cierto tiempo a la luz. Ello puede inducir a engaño: ambas, una vez se han vuelto oscuras, pueden llegar a ser confundidas con ejemplares mucho más frecuentes, como la estefanita, y como tales, incluidas en las colecciones.

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Parecida sensibilidad a la luz es típica de algunos cloruros de mercurio (eglestonita, terlinguaita, etc.), especies que hay que conserva con gran cuidado.

La foto sensibilidad esta difundida también entre las gemas. Por ejemplo, algunos ejemplos de zircón, por lo general de color rojizo, al ser expuestos a la luz directa de sol se vuelven incoloros: el fenómeno es irreversible, al menos en parte, pues al dejarlos durante cierto tiempo en la oscuridad recupera casi la totalidad de su coloración original.

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Efectos de las radiaciones

La foto sensibilidad, sin embargo, no se limita a influir en el color de los minerales. Si se observa con atención alguna colección mineralógica antigua, se notará que algunos de los sulfatos más raros- sobre todo argentíferos – han adquirido un aspecto opaco mientras que inicialmente eran más brillantes.

El rejalgar, un sulfuro de arsénico es otro mineral especialmente fotosensible. Sus magníficos cristales rojos, muy buscados por los coleccionistas, una vez expuestos a la luz se resquebrajan lentamente dando lugar a masas pulverulentas amarillas.

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En el pasado se pensaba que el rejalgar se alteraba y originaba el oropimente (otro sulfuro de arsénico), pero estudios recientes han demostrado que su composición química permanece constante, mientras que si cambia la estructura, tenemos entonces, el denominado pararejalgar.

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Efectos aun mayores de los ocasionados por la luz son los provocados por radiaciones como los rayos x y gamma, lo neutrones, etc. Por ejemplo, una parte del cuarzo ahumado casi negro que se encuentra en las tiendas de minerales, no es otra cosa que una variedad incolora sometido a un intenso bombardeo de radiaciones.

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Muchas gemas a menudo son mejoradas mediante radiaciones. Caso típico es el del diamante en el cual se acentúan las tonalidades azuladas en detrimento de las amarillas. También el berilo a veces, puede mostrar un azul insólitamente intenso, ocurre, no obstante que estas coloraciones inducidas de forma artificial no son estables, después de un cierto tiempo, los colores pueden volver a los originales.

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Las radiaciones emitidas por los componentes normales de las rocas tienen también la capacidad de influir de los cristales. La antozonita debe su color violeta oscuro a su larga asociación en los minerales radioactivos. Además, cuando sus cristales se rompen despiden un fuerte olor a ajo, similar al del ozono.

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Fuente: forodeminerales.blogspot.mx

Editorial

Publicado hace 7 años

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