Particularmente en Zacatecas, Chihuahua, Guanajuato, San Luis Potosí, entre otros estados de México, más de 450 años han sido enfocados a explorar y extraer de la tierra minerales que pueden ser comercializados y convertirlos en productos útiles para todo el país.
Por varias décadas México se ha caracterizado por esta actividad económica, hoy en día siendo uno de los países más importantes de este sector apoya a mineras de diferentes escalas: desde pequeñas, medianas, hasta grandes exploraciones de tamaño colosal.
Este crecimiento conlleva a una regulación rigurosa de prevención de la escases de recursos naturales como agua, y de controlar y preservar el medio ambiente.
Muchos aspectos positivos. Pero no todos lo podemos ver así, también existen aspectos negativos en la minería. Estos aspectos son la posible contaminación, que los llamados Anti mineros lo expresan, a pesar de que gracias a este sector existen algunos de los estados mencionados anteriormente.
Esta contaminación es insólita, ya que también se contamina la mente de las personas de comunidades debido a que anteriormente saludaban con amabilidad, eran amistosas y ahora no hablan con nadie, tienen miedo, les han inculcado temor, odio, ira, desconfianza, coraje por algo que ha traído prosperidad y trabajo a quienes viven cerca. Lo que ellos no ven es a esa industria Minera que aporta además de los caminos, las fuentes de trabajo, apoyo en escuelas y centros deportivos una tranquilidad que representa para muchos la más grande... la de tener un empleo.
Muchas de estas personas manipuladas, paran en los caminos ejidales los transportes de la mina, no los dejan pasar. Pensando erróneamente que es para salvar de la contaminación a su pueblo. No se dan cuenta que esta industria tiene también la posibilidad de explorar y explotar otras tierras y que es ahí donde dejarán todas sus bondades económicas, dejando sin trabajo y sin prosperidad a mucha gente que si ve la importancia.
Cada quien tiene libertad para expresarse, cada uno es libre de pensar en lo más conveniente para su familia. Pero no es libre el que se somete a las ideas de otros que inculcan miedo, no es libre el que hace que las demás personas queden presas de sus ideas. El que hace que la gente no viva en paz.
Hay que bajar el nivel de conflictividad, porque se debe lograr un diálogo conciliador. Es un profundo debate el que debemos darnos, y es un debate al mismo tiempo acerca de la base productiva del país. Para esto hay que pensar que es posible desarrollar la actividad minera con condiciones de alta calidad, responsabilidad y con participación activa de todos los actores involucrados: Estado, sociedad civil y sector privado; con un marco de legislación donde se establezca el desarrollo sustentable. Pero esto no sólo debe funcionar para la industria minera, sino para todas, porque es el país el que tiene que crecer a merced de sus industrias y no al contrario.
Fuente: Outlet Minero.
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