El mercurio es un metal pesado, en ocasiones denominado azogue, que se presenta de forma natural en el medio ambiente bajo distintas formas químicas. La forma pura, mercurio elemental, es líquida a temperatura ambiente aunque lentamente tiende a evaporarse. Las formas que se encuentran más comúnmente en la naturaleza son el mercurio inorgánico y el mercurio orgánico.
El mercurio está presente de forma natural en el medio ambiente. A veces conocido como azogue, es un metal pesado, como el plomo o el cadmio, que existe bajo distintas formas químicas:
El mercurio elemental o mercurio metálico es el elemento en su forma pura, su forma "no combinada". Es un metal brillante, con un color de plata blanquecina. Es líquido a temperatura ambiente, pero rara vez se encuentra en esta forma en el medio ambiente. Si no se aísla, el mercurio se evapora lentamente, formando un vapor. La cantidad de vapor que se forma aumenta a medida que aumenta la temperatura. El mercurio elemental se usa tradicionalmente en los termómetros y en algunos interruptores eléctricos.
Entre los compuestos inorgánicos de mercurio o sales de mercurio, que son más comunes en el medio ambiente, podemos citar el sulfuro de mercurio (HgS), el óxido de mercurio (HgO) y el cloruro de mercurio (HgCl2). La mayoría de éstos son polvos o cristales blancos, excepto el sulfuro de mercurio que es rojo y se vuelve negro con la exposición a la luz. Algunas sales de mercurio, como por ejemplo el cloruro de mercurio, también forman vapor. Pero éstos se quedan en el aire durante un periodo de tiempo más corto que el mercurio elemental , porque son más solubles en agua y más reactivos.
El mercurio orgánico se forma cuando se combina el mercurio con carbono y otros elementos. Algunos ejemplos de compuestos orgánicos de mercurio son el dimetilmercurio, el acetato de fenilmercurio y el cloruro de metilmercurio. La forma más común que encontramos en el ambiente es el metilmercurio.
Varias formas de mercurio existen de forma natural en el medio ambiente. Las más comunes son el mercurio metálico, el sulfuro de mercurio, el cloruro de mercurio y el metilmercurio.
Ciertos procesos naturales pueden cambiar una forma de mercurio en otra. Por ejemplo, las reacciones químicas de la atmósfera pueden hacer que el mercurio elemental se transforme en mercurio inorgánico.
Algunos microorganismos pueden producir mercurio orgánico, especialmente metilmercurio, a partir de otras formas de mercurio. El metilmercurio puede acumularse en organismos vivos y alcanzar altos niveles en peces y mamíferos marinos, y esto a través de un proceso conocido como biomagnificación (es decir, que las concentraciones aumentan en la cadena alimentaria).
Dado que el mercurio es uno de los elementos químicos básicos que constituyen todas las cosas, no puede descomponerse ni degradarse en otra cosa. Una vez liberado en la biosfera, a través de procesos naturales o de actividades humanas, el mercurio se mueve y circula fácilmente en el medio ambiente. Se considera que los suelos, el agua y los sedimentos son los lugares en los que el mercurio se deposita y sale finalmente de la biosfera.
Fuente: greenfacts.org
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