En el marco de una estrategia de exploración y producción que destaca la fortaleza de la petrolera estatal Pemex, México ha dado un paso audaz al autorizar alianzas con operadores privados y revelar planes expansivos para el golfo de México. Las 10 principales inversiones en exploración y producción no solo delinean el futuro energético del país, sino que también apuntan a una visión más diversificada y colaborativa en el sector.
Uno de los hitos notables es el programa de inversión de US$10.800 millones presentado por la filial de exploración y producción de Pemex, PEP, en asociación con la australiana Woodside Energy. Este ambicioso proyecto en el campo de aguas ultraprofundas Trión, ubicado frente al estado de Tamaulipas, contempla la perforación de 12 pozos productores, 10 inyectores de agua y dos inyectores de gas. Programado para operar a partir de 2028, se espera que alcance una producción de 110,000 b/d de crudo y 101 millones de pies cúbicos diarios de gas.
Esta inversión, considerada la mayor inversión extranjera directa en México por la Secretaría de Economía, destaca el compromiso de atraer inversiones y fomentar la colaboración internacional.
Otro evento significativo es la adquisición de PetroBal por Grupo Carso en una transacción valuada en US$530 millones. PetroBal, adjudicataria del área de desarrollo 4 en el golfo de México en 2015, ha sido una figura destacada con los campos Pokoch e Ichalkil frente al estado de Campeche. Esta operación refuerza el papel de Grupo Carso en el sector y demuestra el atractivo continuo de las inversiones en aguas someras.
La decisión final de inversión anunciada por Royal Dutch Shell para el campo de aguas profundas Sparta es otro hito que merece atención. Con una producción máxima estimada de 90,000 bep/d, Sparta se convertirá en la decimoquinta operación de aguas profundas de Shell en el golfo de México, comenzando su producción en 2028.
Estas inversiones, recopiladas a partir de datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), subrayan el enfoque integral y la visión de largo plazo del país hacia el desarrollo de su sector energético. Con una inversión total de US$65.200 millones desde 2015, estas inversiones abarcan Rondas 1, 2 y 3, migración de campos y alianzas, evidenciando la diversidad y alcance de las iniciativas en marcha.
México se consolida como un actor clave en la escena global de la exploración y producción de hidrocarburos, marcando el comienzo de una nueva era de oportunidades y desarrollo sostenible en el sector energético.
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