El anuncio de las nuevas políticas económicas impulsadas por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, plantea un panorama complicado para México, quien figura como uno de los países más afectados debido a su estrecha relación comercial y de inversión con el vecino del norte. Estas medidas, que incluyen un arancel del 10% a las exportaciones mexicanas y cambios en la política de inmigración, provocarán repercusiones profundas en el crecimiento económico y la estabilidad financiera del país en los próximos años.
Un Crecimiento Económico en Riesgo
De acuerdo con estimaciones recientes, la economía mexicana crecerá apenas un 0.6% en 2025, frente al 1.3% proyectado para 2024. Esta contracción se atribuye a la disminución en la demanda de productos mexicanos, derivada de la desaceleración económica de Estados Unidos y la imposición de aranceles a las exportaciones. En 2026, aunque se proyecta una ligera recuperación, el crecimiento del 1.6% reflejará un panorama aún débil.
Además, la competitividad fiscal de México se verá afectada debido a la reducción de impuestos corporativos en Estados Unidos, lo que podría desincentivar la inversión extranjera directa en territorio mexicano. Empresas que antes consideraban a México como destino para sus operaciones podrían revaluar o incluso cancelar sus planes de relocalización.
El Golpe a las Remesas y el Consumo Interno
Otro sector gravemente impactado será el de las remesas. Las políticas migratorias más estrictas de Estados Unidos y las posibles deportaciones de trabajadores mexicanos indocumentados reducirán el flujo de remesas hacia México. Este ingreso, vital para muchas familias de bajos recursos, representa cerca del 4% del PIB en los últimos años y sostiene gran parte del consumo interno.
La caída en las remesas golpeará directamente al consumo de las familias más vulnerables, exacerbando la desaceleración económica en sectores clave como comercio y servicios.
Sector Industrial y Comercio Internacional
La industria mexicana enfrentará retos adicionales, no solo por la disminución de la demanda de sus exportaciones, sino también por las restricciones en la importación de insumos provenientes de Estados Unidos. México, como respuesta, ha considerado implementar represalias arancelarias a productos estadounidenses, según declaraciones de funcionarios gubernamentales, aunque estas medidas no garantizan una solución a largo plazo.
Un Futuro Complejo pero con Oportunidades
A pesar de los retos, algunos analistas señalan que la depreciación del peso mexicano podría brindar cierto alivio a las exportaciones, aunque no será suficiente para contrarrestar los efectos negativos en el corto plazo. Este escenario obliga a México a diversificar sus mercados de exportación y a fortalecer su economía interna mediante incentivos a la inversión nacional y estrategias de desarrollo económico más independientes de Estados Unidos.
En conclusión, las políticas de Trump colocan a México en un terreno desafiante, con impactos que se sentirán en múltiples frentes, desde el comercio y las remesas hasta la inversión extranjera. La clave para superar esta crisis radicará en la capacidad del gobierno mexicano y del sector privado para adaptarse y buscar nuevas oportunidades en medio de la adversidad.
Fuente: Moody´s Economía
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