En un movimiento que marca un viraje en la política de recursos estratégicos, el presidente Javier Milei ha decidido colocar al uranio en el centro de su visión de desarrollo energético y diplomático. En un contexto donde los minerales críticos se han convertido en activos codiciados por las principales potencias, Argentina busca posicionarse como un socio confiable para Estados Unidos, redibujando su mapa de alianzas.
Uranio: de recurso subutilizado a activo geopolítico
Argentina posee reservas de uranio estimadas en más de 34,000 toneladas, principalmente en Mendoza, Chubut y Río Negro. A pesar de este potencial, la industria local ha permanecido prácticamente estancada desde la década de los noventa. Con una visión pro-mercado y liberal, Milei apuesta por reactivar proyectos paralizados como la mina Sierra Pintada en San Rafael y abrir la puerta a capitales extranjeros interesados en abastecer la creciente demanda global de este mineral clave para la transición energética.
Reactores y transición nuclear: Estados Unidos reemplaza a China
Un punto clave en esta nueva hoja de ruta energética es el reemplazo progresivo de los vínculos con China por una alianza con Estados Unidos en el campo nuclear. El Gobierno ha mostrado preferencia por incorporar reactores de tipo ACR-300 de diseño canadiense-estadounidense, desplazando al proyecto chino Hualong que se había negociado en la gestión anterior.
Este cambio no solo implica una redefinición tecnológica, sino también política, al insertar a Argentina como proveedor y socio en una cadena de suministro dominada por intereses occidentales.
El memorándum que selló la alianza
La reciente firma de un Memorándum de Entendimiento entre Argentina y Estados Unidos confirma esta estrategia. El acuerdo contempla cooperación en la exploración, explotación y procesamiento de minerales críticos como el litio, el cobalto y el uranio, posicionando al país como un nodo clave en la red de abastecimiento norteamericana.
Para Milei, esta política representa una “sintonía moral y económica” con la visión del hemisferio occidental. No obstante, sectores académicos y científicos han advertido sobre los riesgos de subordinación tecnológica, señalando la necesidad de mantener capacidad de decisión soberana sobre recursos estratégicos.
Desafíos en el horizonte
El renovado impulso a la minería del uranio reabre un debate complejo sobre los límites entre desarrollo económico, autonomía energética y política exterior. Mientras el Gobierno celebra el interés de inversores y socios estratégicos, organizaciones sociales y ambientales piden cautela ante los posibles impactos y exigen mayor transparencia en los acuerdos firmados.
El futuro de la minería del uranio en Argentina dependerá, en última instancia, de una ecuación delicada: atraer inversión sin hipotecar soberanía, modernizar la infraestructura sin ceder control, y consolidar alianzas sin volverse dependientes.
Fuentes consultadas:
- Panorama Minero: Milei habló de minería, uranio y su relación con Estados Unidos
- Infobae: Argentina y EE.UU. colaborarán en minerales críticos
- Agencia CTAA: Milei: un plan nuclear neocolonial para una Argentina S.A.
- Saltamining.com: Milei puso el foco en el uranio como un mineral clave para Argentina
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