Millones de toneladas de diamantes yacen por debajo de la superficie de la Tierra, afirman científicos
Hace más de 150 años, Julio Verne se preguntó qué secretos podría ocultar el centro de la Tierra. Pues bien, ¿si te dijeran que estamos parado sobre un cuatrillón de toneladas de diamantes, tú te lo creerías? De acuerdo a un estudio publicado por un equipo de investigadores de MIT, Harvard y Berkeley, apenas hemos empezado a rascar la superficie, literalmente.
Resulta que hay más de un cuatrillón de toneladas de diamantes en las raíces de enormes montañas invertidas conocidas como cratones. Estas formaciones de roca tienen cientos de millones de años de antigüedad y no presentan fragmentación alguna, al estar ubicadas en los puntos centrales de las placas tectónicas. Pero se calcula que entre el 1% y el 2% de estas formaciones son diamantes.
Ulrich Faul, investigador del Departamento de Ciencias Terrestres, Atmosféricas y Planetarias del MIT, explica:
"Esto demuestra que el diamante no es quizás este mineral exótico, pero en la escala [geológica] de las cosas, es relativamente común. No podemos llegar a ellos, pero aún así, hay mucho más diamante de lo que jamás pensamos."
En efecto, el problema es que toda esta riqueza mineral está fuera del alcance de las perforadoras más avanzadas. Estamos hablando de una profundidad de 150 a 240 kilómetros. En otras palabras, hoy es prácticamente imposible minar estos recursos, y así será por muchos años, sino es que siglos.
Ahora bien, si la excavación más profunda creada por el hombre es de casi 13 kilómetros, ¿cómo pudo este equipo de científicos determinar la cantidad de diamantes en un cratón? Esto se debe a los misma tecnología sismológica que mide los movimientos telúricos en el planeta.
Por medio de la interpretación de datos que arroja la geofísica, los investigadores pueden determinar la cantidad y el tipo de piedras y demás minerales que se esconden por debajo de la corteza terrestre. Para ser más preciso, con ondas de sonido.
Las ondas de sonido varían de acuerdo a la composición, densidad y temperatura de las rocas y minerales con las que hay contacto. Al comparar unos resultados con otros, es posible determinar el tipo de roca.
Los investigadores hallaron que estas ondas de sonido alcanzan una mayor velocidad cuando pasan por las raíces de un cratón. Para encontrar una respuesta a este fascinante misterio, se hicieron experimentos en un laboratorio para averiguar qué otras rocas podían registrar un resultado similar.
Para sorpresa de los investigadores, solo las rocas que contenían de 1% a 2% de diamantes podían obtener la misma velocidad en los registros de ondas sonoras. Al multiplicar el número de raíces cratónicas por todo el planeta, se llegó al número de 10 elevado a la décimo sexta potencia, mil veces más de lo que se tenía previsto.