Modelos sostenibles impulsan crecimiento y rentabilidad empresarial
La sostenibilidad se ha convertido en un motor estratégico para el desarrollo industrial, dejando atrás su percepción como un gasto opcional. Hoy, empresas líderes demuestran que integrar tecnología e inteligencia artificial (IA) en sus operaciones no solo eleva la eficiencia, sino que asegura el éxito a largo plazo.
De acuerdo con el 10º Informe Anual sobre la Situación de la Fabricación Inteligente de Rockwell Automation, el 55% de los fabricantes líderes a nivel mundial considera que mejorar la sostenibilidad está directamente ligado a optimizar la eficiencia. Este hallazgo confirma que los modelos sostenibles, apoyados en la digitalización y el uso de IA, están transformando la manera en que las industrias producen, innovan y crecen.
Sostenibilidad como estrategia de negocio
En el entorno industrial, la sostenibilidad dejó de ser únicamente una respuesta a exigencias regulatorias. Ahora, es un componente central de las estrategias operativas de las compañías que buscan fortalecer su reputación y generar valor tangible para el negocio.
El enfoque sostenible se basa en identificar oportunidades de mejora en todos los procesos productivos y apoyarse en tecnologías que permiten medir, automatizar y optimizar las operaciones en tiempo real. Esta transformación demuestra que la sostenibilidad no limita la rentabilidad, sino que la impulsa.
“Apostar por la sostenibilidad significa evolucionar los modelos productivos, mejorar la eficiencia y garantizar un crecimiento sólido”, destaca el informe.
Tecnologías que marcan la diferencia
Áreas como el tratamiento de aguas, la gestión de residuos y la eficiencia energética son ejemplos claros de cómo la sostenibilidad se traduce en productividad. De hecho, algunos sectores, como las energías renovables o la captura de carbono, han hecho de la sustentabilidad el núcleo de su modelo de negocio.
Para acelerar esta transición, compañías tecnológicas desarrollan soluciones que permiten a las empresas industriales implementar prácticas sostenibles. Un ejemplo destacado es Rockwell Automation, que recientemente nombró a Ariel Bursztein como director de Sustentabilidad para clientes en Latinoamérica.
“El objetivo es demostrar a los líderes industriales de la región que las iniciativas de sostenibilidad pueden mejorar los índices productivos, independientemente de exigencias normativas o mandatos corporativos”, explicó Bursztein.
El ejecutivo subrayó la importancia de trabajar en estrecha colaboración con los clientes para entender sus retos y diseñar soluciones adaptadas a sus objetivos operativos, enfatizando que “la tecnología, sin inteligencia, no resolverá por sí sola los desafíos”.
Inteligencia artificial: el nuevo catalizador
Uno de los mayores avances para cerrar la brecha entre eficiencia operativa y sostenibilidad proviene de la inteligencia artificial. Según el mismo informe de Rockwell Automation, la IA es percibida como la tecnología con mayor impacto en la automatización de los procesos productivos, gracias a su capacidad para identificar oportunidades ocultas, anticipar desviaciones de rendimiento y facilitar decisiones que equilibran productividad con cuidado ambiental.
Industrias como la minería o la alimentaria ya utilizan sistemas predictivos de control y analítica avanzada para reducir el consumo energético, minimizar desperdicios y optimizar el rendimiento de sus activos.
“La sostenibilidad se convierte en una ventaja competitiva cuando se conecta con la inteligencia de los datos. El desafío ahora es atreverse a integrar estas capacidades en los sectores productivos de Latinoamérica con mayor decisión y profundidad”, puntualizó Bursztein.
Un futuro impulsado por la innovación
La experiencia demuestra que los modelos sostenibles no son una carga, sino un camino hacia la resiliencia, la rentabilidad y el liderazgo industrial. La incorporación de tecnologías avanzadas y el aprovechamiento de la inteligencia artificial permitirán a las empresas adaptarse a los retos ambientales sin comprometer su crecimiento.
De esta manera, la sostenibilidad deja de ser un objetivo aspiracional para convertirse en una palanca estratégica que transforma el futuro de la industria.