Mujeres, motor en la recuperación laboral de las entidades de México

Las mujeres juegan un papel preponderante en la recuperación del mercado laboral de las entidades federativas del país, aunque bajo condiciones poco favorables para ellas.

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, al cierre del tercer trimestre del 2021 se incorporaron 5.03 millones de ocupados a nivel nacional en su comparativo anual, cifra de la cual, 52.6% (2.64 millones) correspondió a mujeres.

Sin embargo, el escenario es desalentador. De las 2.46 millones de nuevas ocupadas en México los resultados son los siguientes: por nivel de ingresos, 90.9% se incorporó ganando máximo 2 salarios mínimos (hasta 8,502 pesos mensuales y 12,803 en la zona libre de la frontera norte); por acceso a las instituciones de salud, 84.4% no entró a entes públicos y privados de este sector, y por condiciones de trabajo, 81.3% ingresó bajo un esquema de informalidad.

La misma tónica se replicó en los estados: la mujer como pilar laboral, pero en el contexto de una mala calidad de trabajo. En absolutos, las entidades que mostraron los mayores niveles de ocupadas fueron, por su tamaño de economía, Estado de México (494,346 mujeres), Ciudad de México (393,913) y Puebla (140,456). De hecho, solamente en Oaxaca se mostraron bajas de mujeres (-18,032).

Resalta que Zacatecas fue el estado donde la mujer llevó toda la carga laboral, al registrar 24,475 nuevas ocupadas frente a una pérdida de 3,500 hombres, dando un total de 20,975 plazas creadas entre el tercer trimestre del 2020 e igual periodo del 2021.

No obstante, de las 24,475 zacatecanas que incursionaron al mercado laboral, 71.4% no tuvo acceso a instituciones de salud y, del mismo total, 53.6% se colocó en el sector informal.

Durango se ubicó en segundo lugar nacional, con una participación de la mujer de 93.3% en el total de nuevos ocupados, aunque, como en el resto del país, las condiciones no fueron óptimas: de las 35,403 duranguenses, 96.7% se ocupó en la informalidad y, además, la totalidad se quedó sin acceder al sector salud.

Otros porcentajes de participación de la mujer se dieron en Hidalgo (88.4% del total de trabajos generados en el estado), Yucatán (86.8%), San Luis Potosí (82.7%), Puebla (74.9%), Colima (67.5%), Aguascalientes (61.7%), Tlaxcala (61.2%) y Guerrero (61.0 por ciento).

En un rango mayor a 50% y menor a 60% se posicionaron Tabasco, Guanajuato, Tamaulipas, Sonora, Michoacán, Sinaloa y Estado de México.

Mientras las entidades con un nivel menor a 50% (el hombre tuvo un mayor peso) fueron Ciudad de México, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Nuevo León, Coahuila, Jalisco, Querétaro, Baja California, Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua y Morelos. Este último estado apenas presentó una contribución de la mujer de 10.3%, es decir, de cada 100 empleos creados en la entidad, únicamente 10 fue para el género femenino.

Nayarit fue un caso extraordinario, ya que se incorporaron al mercado de trabajo 5,233 mujeres, pero la pérdida de 19,388 puestos de hombres ocasionó una merma anual en el total de 14,155 (único en México).

En total, en18 estados la mujer tuvo la mayor aportación en el ingreso de nuevos ocupados.

Grandes economías

Las grandes economías no quedan exentas de las malas condiciones laborales. En la Ciudad de México, la economía más grande con 16% del PIB nacional, de las 393,913 nuevas ocupadas al cierre de septiembre pasado, 93.0% gana como tope dos salarios mínimos, y, del mismo total, 69.4% se encuentra en informalidad.

Lo anterior se explica por los sectores económicos que más concentraron mujeres en su plantilla laboral y que aplican este tipo de esquemas: comercio (38.5% del total de ocupadas); servicios profesionales, financieros y corporativos (19.1%), y restaurantes y servicios de alojamiento (10.8 por ciento).

Nuevo León y Jalisco son otros ejemplos de que no hay excepción entre las economías poderosas. Considerando sólo informalidad, en el primer caso, 92.4% de 71,216 mujeres ingresó a trabajar bajo esta modalidad, en el segundo, el porcentaje fue de 60.3% de 106,730 jaliscienses.

En resumen, las mujeres fueron bastiones en lo que ya es una recuperación plena del empleo tras los estragos que conllevó la pandemia de Covid-19, sin embargo, las condiciones laborales de los nuevos puestos de trabajo son precarias.

Fuente: El Economista