La Mina Peñasquito, joya de la corona en la producción de oro en México, ha capturado la atención no solo por sus cifras de producción impresionantes, sino también por la pregunta clave: ¿quién es el dueño detrás de este coloso minero?
Ubicada en el distrito Concepción del Oro en Zacatecas, la historia de Peñasquito se remonta a 1992, cuando se reveló el potencial minero del área rica en oro, plata, plomo y zinc. Después de una serie de exploraciones y un lapso de catorce años, el descubrimiento de uno de los depósitos polimetálicos más importantes en la historia de la minería mexicana tuvo lugar, marcando un hito en 2006.
La construcción de la mina comenzó en 2007, y en octubre de 2009, se lograron los primeros concentrados de mineral, inaugurando oficialmente la producción comercial en 2010. Sin embargo, en 2017, una huelga organizada por el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros paralizó temporalmente las operaciones, generando pérdidas millonarias.
En cuanto a la pregunta de quién es el dueño, la respuesta recae en Newmont, una empresa que adquirió el control de aproximadamente 89 mil hectáreas y 80 concesiones en 2019, tras la compra a la empresa canadiense Goldcorp. Newmont se posiciona como el "único productor de oro presente en el índice S&P 500", reconocido por sus prácticas sostenibles y principios de responsabilidad ambiental y social.
Tom R. Palmer lidera la compañía desde el 1 de octubre de 2019, desempeñando funciones como presidente y director ejecutivo. Palmer no solo es el arquitecto detrás del éxito de Peñasquito, sino también un miembro activo del Consejo Mundial del Oro y Gobernador en la Junta de Minería y Metales del Foro Económico Mundial de Estados Unidos.
Con una carrera destacada que incluye roles de relevancia en la industria minera global, Palmer ha sido Director General de Gestión de Activos en Palabora Mining y miembro del Consejo Internacional de Minería y Metales, consolidando su posición como el responsable detrás del liderazgo de Newmont en la producción de oro en México.
La Mina Peñasquito, bajo el paraguas de Newmont, no solo es un testimonio del éxito minero, sino también de la importancia de la gestión visionaria en la industria. La contribución de Peñasquito a la producción de oro en México sigue resonando como un ejemplo de excelencia en la minería.
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