Nuevo plan urbanístico del Bages busca compatibilizar la minería y el respeto al medio ambiente
El conseller de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, ha presentado este jueves el nuevo plan director urbanístico (PDU) del Bages, que tiene el objetivo de compatibilizar la actividad minera y el respeto al medio ambiente en la comarca. El plan quiere garantizar un encaje urbanístico y ambiental adecuado de la segunda fase del Plan Phoenix de Iberpotash en Súria y la cuenca del Cardener, así como ""una retirada ordenada de la actividad minera actual"" en Sallent y en la cuenca del Llobregat. El PDU también prevé la progresiva eliminación de los depósitos salinos y la restauración de los espacios que ocupan, además de establecer ""las reservas de suelo necesarias para garantizar la continuidad de la actividad minera en el futuro"".
El ámbito inicial de estudio del plan incluye los municipios de Súria, Sallent y Balsareny, sin perjuicio de incorporar posteriormente otros municipios a lo largo de los ejes de los ríos Cardener y Llobregat. Actualmente, en el Bages funcionan dos explotaciones de potasa: la mina Cabanasses, en Súria, y la mina Vilafruns, en Balsareny y Sallent.
El plan Phoenix
En el año 2011, la empresa Iberpotash presentó el llamado Plan Phoenix para la reactivación de la minería en la comarca, con una inversión de 450 millones de euros. La primera fase de este plan, actualmente en curso y con una inversión prevista de 170 millones de euros, contempla el cierre de Vilafruns (en junio del 2017 tienen que cesar los vertidos en el depósito del Cogulló) y el traslado de la producción hacia Súria. Entre las obras, se incluye la construcción de una rampa de conexión entre la mina Cabanasses, la mejora de la planta de tratamiento de potasa y la construcción de una primera planta de cristalización (sal vacuum) para obtener cloruro sódico de elevada pureza.
Esta planta de sal vacuum, que entrará en pleno funcionamiento en el 2016, evitará que esta sal vaya a parar al depósito salino y pueda ser considerada como un recurso y no un residuo. La producción será adquirida y comercializada por la empresa AkzoNobel, que necesitará disponer de una nave el más cerca posible del complejo de Iberpotash.
La segunda fase del Plan Phoenix prevé una inversión de 280 millones de euros hasta el 2018. Incluye la construcción de una segunda planta de sal vacuum en Súria, de una nueva planta de potasa granulada, de las infraestructuras necesarias para dar salida comercial a la producción y de una nueva terminal de carga en el puerto de Barcelona.
Eliminación de depósitos salinos
La empresa tiene dos depósitos salinos activos: el del Cogulló, en Sallent, y el del Fusteret, en Súria. Además, hay dos depósitos inactivos, el de Vilafruns en Balsareny, ya restaurado, y el de la Botjosa, en Sallent. Todos estos depósitos, al acabar su vida útil, tienen que ser eliminados y, el lugar que ahora ocupan, restaurado. El PDU prevé que, para que eso pase, ""es necesario el éxito del proyecto empresarial, que es el que permitirá la financiación, ya que los costes de cualquier solución que se adopte tienen que ser asumidos por el proyecto de minería en el Bages"".
Aunque el proyecto empresarial pone el acento en la producción, el encaje de la actividad de Iberpotash ""plantea varios retos en el territorio"", según los responsables del PDU. Con respecto a Súria, hay que garantizar una ordenación satisfactoria en relación con el núcleo urbano a lo largo de la riera de Tordell. Por su parte, el cierre de la mina de Sallent abre posibilidades de desarrollo industrial y logístico, y también turístico, a la vez que hay que garantizar una retirada ordenada de la actividad minera.
Finalmente, para llegar a una minería que no genere residuos salinos harán falta nuevas plantas de tratamiento de sal en el futuro, así como dotaciones de infraestructura. Eso comporta la necesaria reserva de los espacios adecuados para la minería y sus industrias asociadas, que tienen que ser próximos a las bocas de la mina o a los depósitos.
Durante la presentación del PDU del Bages, el conseller Vila ha resaltado el plan se justifica porque ""se combina actividad económica con un compromiso ambiental muy fuerte"". Así, por un lado, ""crean las condiciones para que sea posible la actividad económica"" y, desde el punto de vista ambiental, ""cierran viejos litigios que habían sido motivo de controversia entre los sectores naturalistas, que exigían concreciones"".
Fuente: La Vanguardia