Papiloma y rezago: la salud en México
COLUMNA
Por Moisés Gómez Reyna
Hace algunos días, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dio a conocer un dato alarmante: México cuenta con el nivel más bajo de cobertura de vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) en el continente americano. Con apenas el 0.5 por ciento de cobertura (es decir, tan solo la mitad de un punto porcentual), nuestro país se ubica como el último lugar de toda la región.
Lo más penoso y preocupante es que dichos niveles no se acercan ni si quiera a los registrados en países como Guyana o Jamaica, que cuentan con porcentajes de cobertura arriba del 2%.
Esta información prendió focos rojos no solo en los círculos gubernamentales, sino también en un segmento importante de las organizaciones de la sociedad civil y de los especialistas en el tema, quienes habían venido señalando el desastre prevaleciente en nuestro sistema de salud en general y en lo particular de este rubro.
De acuerdo con el informe de la OPS, mientras que a nivel mundial los países con mayor cobertura en la vacunación a niñas son Canadá y Dinamarca con 87% y 79% respectivamente, en Latinoamérica el primer lugar lo ocupa Perú con un 59%, es decir, una cobertura 10 veces mayor a la de México.
Es importante destacar que dentro de los tipos de Virus del Papiloma Humano, los clasificados como el VPH 16 y VPH 18 son los más comunes, en tanto se les atribuye el desarrollo del 70% de los cánceres en el cuello uterino.
A lo largo del continente americano, cada año aproximadamente 83 mil mujeres son diagnosticadas con cáncer de cuello uterino y se estima que más de 35 mil mueren a causa de este padecimiento.
Asimismo, según datos de la Facultad de Medicina de la UNAM, en México este es el segundo tipo de tumor más frecuente en mujeres dentro de la edad reproductiva (sólo detrás del cáncer de mama) y cada año llega a ocasionar cerca de 5 mil 500 muertes.
Si nos acercamos a los registros de la Dirección General de Epidemiología, encontramos cifras preliminares con corte al mes de octubre del 2022 en las que se contabilizan más de 3 mil casos de tumor maligno del cuello uterino.
Se trata del nivel más alto que el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica haya documentado para el mismo periodo de los últimos diez años, lo cual constituye un dato muy coincidente con el nulo esfuerzo de vacunación que reporta la Organización Panamericana de la Salud para México.
El tumor maligno del cuello del útero es un cáncer que tiene también como causas el tabaquismo o infecciones genitales tales como la clamidia. Sin embargo, la infección por VPH se ha identificado como la principal causa.
Hasta la penúltima semana de octubre, en México se documentaron 12 mil 908 casos de esta infección, de los cuales mil 421 son en personas del sexo masculino y 11 mil 487 en el femenino.
Estos números superan en un 30% al nivel acumulado en el mismo periodo de 2021 y también se traduce en un ritmo de propagación de 43 contagios cada día.
Hay coincidencia con respecto al hecho de que la mejor forma de prevenir el contagio contra el VPH es la vacunación. Sin embargo, en México se optó por dejar de aplicar esta inyección.
El exacerbado desabasto de medicamentos que hemos sufrido en los últimos años como consecuencia de las malas decisiones del actual Gobierno Federal, está detonando más problemas a la salud (tales como el incremento de contagios por VPH) y poniendo en grave riesgo a miles de personas, particularmente mujeres.
La OPS señala que el público objetivo prioritario para recibir las vacunas VPH son las niñas de entre 9 y 14 años, antes de que comiencen su vida sexual.
Todas las personas sexualmente activas tienen riesgo de infectarse por el VPH, pero la alta cobertura en la vacunación de niñas (mayor a 80 % según la OPS) también reduce el riesgo de infección en los hombres.
Frente a estos hechos, para en principio abatir el rezago que se ha señalado ya a nivel internacional, el gobierno federal ha arrancado una Campaña Nacional de Recuperación de Cobertura de Vacunación Contra el Virus del Papiloma Humano, la cual se llevará a cabo del 22 de noviembre al 9 de diciembre de 2022, en colaboración con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los gobiernos estatales y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Durante el anunció de arranque de esta campaña, las autoridades atribuyeron la falta de aplicación de la vacuna en México al desabasto mundial de dicho biológico, lo cual no resulta del todo cierto si observamos casos como el de Canadá que tiene una cobertura del 87 % en niñas, o los de Argentina, Chile y Brasil, que presentan porcentajes superiores al 50%.
Esperemos que este problema se reconozca como una prioridad de salud pública y que esfuerzo sea sostenido y no se suspenda por alguna decisión alejada a los intereses superiores de las niñas, niños y adolecentes.
@gomezreyna