Como parte de un proyecto de educación ambiental, sustentado en la protección y conservación de la fauna silvestre, Industrias Peñoles, cuenta con una nueva reserva que comienza a consolidarse sobre una superficie de 60 hectáreas, localizada a 90 kilómetros de Torreón, en las inmediaciones del poblado Los Cuatillos, municipio de Cuencamé, donde conviven en plena armonía con animales endémicos de la región, otros especies exóticas que han aprendido a adaptarse al clima y condición de vida que ahí se les ha ofrecido.
Se trata de un parque natural que si bien no ha sido plenamente abierto al público, ya está a disposición de grupos de visitantes, preferentemente estudiantes y maestros, que con tiempo, soliciten la oportunidad de acudir a admirar a los animales que en plena libertad se desenvuelven dentro de la reserva, donde afortunadamente han logrado reproducirse, a pesar de encontrarse dentro de un ambiente controlado.
Ahí, pueden observarse mientras pastan o cuando se les ofrece la necesaria alimentación complementaria, imponentes bisontes americanos, búfalos acuáticos y los Watusis con la larga cornamenta que los caracteriza, estos dos últimos de origen africano.
Dos tipos de venados identificados como Elk y Fallow, llamas, borregos muflones y avestruces, son también parte del acervo biológico de la reserva que depende de Peñoles a través de su unidad minera "El Roble" de Velardeña.
El Predio e Instalación que Maneja Vida Silvestre (PIMVS), reconocido así por Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, está a cargo de Pascual de la Torre Alba, quien comenta que con los animales que llegaron al lugar a través de donaciones y los de su descendencia que ahí han nacido, conviven sin problemas con las distintas especies nativas.
Asegura que hay dentro de la reserva de manera natural pumas, venados cola blanca, coyotes, gatos monteses, zorros, tlacuaches, codornices escamosas, diferentes tipos de águilas, halcones y otras aves más, sin faltar las víboras de cascabel y otros reptiles.
Se suman además en distintas épocas del año diferentes aves migratorias, que llegan a disfrutar del agua que se acumula en un gran abrevadero que en tiempo de lluvias se alimenta de manera natural a través de un arrollo. Ahí se han llegado a observar patos canadienses y una especie de gansos, entre otros.
Una buena parte de los animales de la reserva a cargo de Peñoles, en un predio que colinda con el antiguo casco de la histórica hacienda de Pedriceña, han llegado al lugar a través de donaciones, comenta Pascual de la Torre.
Refiere que han transcurrido apenas cuatro años desde que este proyecto se inició, tiempo que considera ha servido para al menos sentar las bases para llegar a hacer de la reserva un gran atractivo turístico, que gire precisamente en torno a la educación ambiental, y ayude a fomentar el respeto por la naturaleza que tanta falta hace.
Fuente: OEM
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