En el marco de la XXXVI Convención Internacional de Minería, se presentó un análisis actualizado sobre la evolución geológica y el comportamiento de las estructuras mineralizadas en la mina Cerro Prieto, en Sonora, un proyecto que desde hace varios años concentra interés por su complejidad y potencial.
Durante la ponencia se explicó que la zona estudiada está dominada por fallas y vetas con rumbos que oscilan entre N75° y N85°W, y buzamientos pronunciados hacia el suroeste. Estos elementos estructurales muestran desplazamientos claros, lo que ha permitido comprender mejor la disposición del cuerpo mineralizado y el origen de las diferentes zonas de enriquecimiento.
Uno de los puntos centrales de la presentación fue la mineralización supérgena, reconocida en un stockwork de vetas afectadas por una alteración intensa, rica en óxidos de hierro y manganeso. Las imágenes microscópicas mostradas al público evidenciaron relictos de pirita y pequeñas partículas de oro atrapadas entre los minerales residuales, un indicio directo de la evolución del depósito.
Se explicó también que la mineralización aurífera se aloja a lo largo de una zona de cizalla con un rumbo que va de N75° a N85°W y una longitud estimada de al menos 150 metros. La potencia de las estructuras identificadas es variable: algunas apenas alcanzan dos metros, mientras que otras superan los veinte. Los valores de oro registrados van desde 0.25 hasta 5.27 g/t, destacando sectores con enriquecimiento producto de procesos supergénicos.
Para complementar la interpretación geológica, el equipo realizó un programa de tomografía eléctrica con arreglo dipolo–dipolo, diseñado de manera perpendicular a las estructuras principales para obtener mayor resolución en profundidad. Las primeras cuatro líneas se enfocaron en el cuerpo supergénico; las restantes, en la estructura conocida como “vetilla negra”. Cada línea tuvo una longitud de 500 metros, con electrodos separados a 10 metros y distancias de 50 metros entre líneas. El trabajo se llevó a cabo con un sistema multicanal automático de 48 electrodos.
La integración de los datos estructurales, geoquímicos y geofísicos permitió ajustar el modelo geológico del proyecto y definir con mayor claridad las zonas que deberán evaluarse en las próximas etapas de perforación.
La presentación se sumó a los trabajos técnicos más comentados del día y reafirmó el papel de la Convención Minera como un espacio clave para compartir resultados, actualizar metodologías y mostrar cómo la exploración en México continúa avanzando con rigor técnico.
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