El desplome de 25,3 por ciento en los precios internacionales del carbón durante el último año o del 10,3 en las ventas de oro del país no espantan el apetito por la minería colombiana, pero sí han impulsado un reacomodo del sector.
En los últimos meses, varios jugadores, particularmente medianos, han revelado conversaciones para la compraventa de activos de esa rama de la producción.
El carbón ha sido una de las actividades más afectadas por la menor demanda de China, el aumento de reservas por parte de Estados Unidos o la sustitución de fuentes de energía.
La presidente de Silk Banca de Inversión, Martha Juliana Silva, dijo que aunque las órdenes de compra de empresas minero-energéticas son localizadas, sí hay alto interés de fondos y compañías foráneas por adquirir varias que prestan servicios asociados, pues le apuntan a la recuperación de los precios del crudo y carbón.
Los fondos interesados son asiáticos, especialmente.
El profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York y director del Instituto de la Tierra, Jeffrey Sachs, afirmó, por el contrario, en el marco de la Convención Bancaria en Cartagena, que existe consenso en que hay muy poco futuro para el carbón.
En opinión del economista, no es inmediato pero podrá mantenerse, si se crean tecnologías para utilizar el mineral en forma limpia.
Las movidas
Una de las compañías, según medios internacionales, que analiza vender activos carboníferos en el país es el banco de inversión Goldman Sachs.
La puja sobre activos mineros en el país ha llegado inclusive hasta la Cámara de Comercio Internacional, en París, donde en abril, a través de un laudo, se prohibió a la brasileña CCX Carvao da Colombia sostener negociaciones para salir de tres de sus yacimientos de carbón con inversionistas representados por Blackstone Group.
La decisión congeló las negociaciones sobre los tres proyectos con cualquier otra compañía más allá de la turca Yildirim, que había sellado un preacuerdo de compra de acciones con CCX el año anterior.
Voceros de CCX dijeron que todavía tienen asuntos pendientes sobre las negociaciones de venta de activos con Yildirim, pero que la oferta liderada por Blackstone es más interesante en términos económicos, unos 170 millones de dólares.
Los bienes que son materia de las diferencias son los proyectos de carbón Cañaverales y Papayal, y un yacimiento subterráneo en el departamento de La Guajira.
Se trata entonces de una pelea de dueños de abultadas chequeras, si se tiene en cuenta que Blackstone es el mayor conglomerado de inversión privada de activos del mundo y actúa a nombre de fondos soberanos y compañías internacionales.
Esmeraldas y oro
Otra de las movidas mineras la anunció Fura de Colombia, filial de Wolf Resource Development de Canadá, que compró la licencia de una concesión de esmeraldas en Boyacá a inversionistas nacionales.
Y la sociedad matriz estadounidense QED Connect, que firmó un memorando de entendimiento para comprar a Green M&A Solutions, compañía norteamericana que opera Green Mine Solutions (GMS), sociedad que a su vez explota negocios de oro en el país.
GMS tiene, entre otros activos, la propiedad de la mina ��La Palmichala��, en Remedios (Antioquia).
Nova Copper, también de origen canadiense, adquirió por su lado a Sunward, que es la sociedad matriz de un proyecto aurífero en Titiribí (Antioquia).
Mientras que High Power Exploration anunció una inversión de 1,1 millones de dólares en la empresa Córdoba Minerals, con lo que accede al 65 por ciento de la propiedad accionaria de emprendimiento de riesgo compartido, que explora la mina San Matías, en el departamento de Córdoba.
CB Gold, también de origen canadiense, recibió entre tanto en días pasados una oferta no solicitada de adquisición por parte de Red Eagle Mining.
El gerente de CB Gold, el colombiano Hernán Martínez, exministro de Minas y Energía, rechazó de inmediato, el miércoles, esta oferta y en un comunicado de prensa sostuvo que es una táctica para impedir un acuerdo previo de venta firmado en mayo, con OM. L Trading.
La oferta, según Martínez, tampoco se hizo sobre la base de un precio.
CB Gold opera en el distrito minero de Vetas, en el departamento de Santander y sus activos están a unos 10 kilómetros de los promisorios depósitos Angostura, La Bodega y la Mascota, también en ese departamento.
Ajustes en los costos
La consultora Deloitte afirma en un documento que el encarecimiento de la energía ha pasado de pesar entre el 10 y el 15 por ciento en la estructura de costos de una mina, al 30 por ciento del total. Sin embargo, en Colombia la cifra puede llegar hasta el 35 por ciento.
La energía y los costos laborales son los que tienen más peso en el balance de gastos de las operaciones de ese tipo en el país.
Por ello, junto a la reducción de costos, para lograr mayor rentabilidad, los reacomodos accionarios tienen en el fondo la adecuación de las estructuras financieras de las compañías a un nuevo entorno internacional y se convierten en elementos claves de la sostenibilidad de las compañías del sector.
Fuente: El Tiempo
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