Sheinbaum propone un nuevo destino para la mina de Calica: “Ya no podrá explotarse”
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que su gobierno mantiene negociaciones con Calica, filial en México de la estadounidense Vulcan Materials, para cerrar de forma definitiva la etapa extractiva de la mina ubicada en Quintana Roo y definir un nuevo uso para el predio, tras años de conflicto ambiental y legal.
Un conflicto que marcó la relación entre la empresa y el Estado
La mina de Calica, que por décadas exportó piedra caliza hacia Estados Unidos, fue clausurada durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, luego de detectarse actividades fuera de los límites autorizados y afectaciones graves al ecosistema local.
El área fue declarada zona natural protegida, lo que imposibilitó la reactivación de las operaciones y dio paso a un proceso de arbitraje internacional promovido por la compañía contra el Estado mexicano.
La posición del gobierno actual
En conferencia de prensa, Sheinbaum dejó claro que la extracción no se reanudará:
“Esa mina ya no se puede explotar, es nuestra decisión. Estamos buscando una solución que sea justa para ambas partes.”
Entre las alternativas planteadas está la compra del terreno o la transferencia de la concesión del puerto que utiliza Calica para la exportación de materiales. La presidenta sugirió que el espacio podría transformarse en un destino turístico de bajo impacto ambiental, alineado con las políticas de conservación.
Estrategia de negociación y otros casos pendientes
Sheinbaum explicó que las conversaciones son encabezadas por la Secretaría de Gobernación, dirigida por Rosa Icela Rodríguez, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que evite mayores costos para el país en el arbitraje.
Además, la mandataria señaló que se mantienen diálogos con Grupo México para remediar la contaminación del Río Sonora, incluida la conclusión de una clínica y un laboratorio dedicados al monitoreo de agua y suelos en la región.
Hacia un modelo de desarrollo más sostenible
La decisión de cerrar la mina de Calica representa un giro en la visión de aprovechamiento de los recursos naturales en Quintana Roo.
El plan de reconvertir la zona en un polo turístico sustentable busca responder a las demandas ambientales y al mismo tiempo generar nuevas oportunidades económicas para las comunidades locales.
Sin embargo, la transición no está exenta de desafíos: el acuerdo con la empresa, la definición de proyectos turísticos compatibles con la protección ecológica y la reparación de los daños ocasionados por la explotación minera serán factores decisivos en el éxito de esta nueva etapa.
Con este anuncio, el gobierno de Claudia Sheinbaum envía un mensaje de firmeza en la defensa del medio ambiente y de apertura al diálogo con el sector privado. La mina de Calica deja atrás su papel como fuente de extracción de materiales para convertirse en símbolo de los nuevos retos de desarrollo sustentable en México.