Desde las primeras luces del alba de este jueves, un silencioso pero contundente paro nacional ha sido desatado por transportistas de todos los rincones del país, reclamando al gobierno acciones más enérgicas para garantizar la seguridad en las carreteras. Esta medida ha puesto en jaque a importantes arterias viales como las autopistas México-Puebla, México-Cuernavaca, México-Pachuca, México-Querétaro, el Arco Norte y la Vía Morelos.
En una declaración unificada, el gremio transportista ha anunciado que, aunque no planean obstruir el tránsito, se reservan el derecho de hacerlo si las autoridades intervienen en sus protestas. Asimismo, han hecho un llamado a la solidaridad de la población para sumarse a su causa.
Este paro, que había sido pospuesto durante una semana, finalmente se ha desencadenado como respuesta a lo que consideran una falta de cumplimiento por parte del gobierno en lo que respecta a la seguridad y regulación del transporte por carretera. La Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas (AMOTAC) ha expresado su decepción, calificando los diálogos con las autoridades como "poco constructivos y desfavorables".
La secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, ha informado en una conferencia matutina que se han llevado a cabo 120 reuniones con los transportistas, con la participación de varias dependencias gubernamentales. No obstante, Alcalde ha lamentado que las mesas de trabajo se vieran interrumpidas por la decisión de los representantes de AMOTAC de retirarse y establecer bloqueos.
En medio de la creciente tensión, han surgido insinuaciones sobre posibles "intereses políticos" detrás de este movimiento, según declaraciones de la titular de Gobernación en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entre las demandas de los transportistas se encuentran la exigencia de garantías de seguridad tanto para ellos como para los usuarios de las carreteras, la prohibición de vehículos doblemente articulados, la reversión de carreteras federales convertidas en peaje, y la implementación de tarifas oficiales, entre otras.
La inseguridad en las carreteras mexicanas ha alcanzado niveles alarmantes, con un promedio de 38 asaltos diarios a transportistas durante el año 2023, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Estas cifras han generado un clima de preocupación e incertidumbre en el sector del transporte terrestre, que ahora se manifiesta en este paro nacional como un llamado urgente a la acción por parte de las autoridades.
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