En 2012, Enrique Peña Nieto prometió la construcción de un tren de alta velocidad que conectaría la Ciudad de México con Querétaro en tan solo 58 minutos, un ambicioso proyecto que buscaba revolucionar el transporte en el país. Sin embargo, el proyecto se canceló en 2014, envuelto en controversias y dudas sobre las relaciones entre los licitantes y la administración federal. Ahora, la aspirante presidencial Claudia Sheinbaum está decidida a revivir el tren México-Querétaro, con la esperanza de cumplir una vieja promesa.
El proyecto original contemplaba una línea de tren de 210 kilómetros, que transportaría a 27 mil usuarios diariamente a una velocidad de 300 kilómetros por hora. El viaje, que normalmente toma horas por carretera, se reduciría a menos de una hora. A pesar de las expectativas generadas, el proceso licitatorio se vio plagado de problemas. Solo un consorcio, encabezado por China Railway Construction Corp Ltd, participó en la licitación debido a las restricciones de tiempo impuestas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) bajo el mando de Gerardo Ruíz Esparza.
Empresas de renombre como Alstom, Mitsubishi y Siemens optaron por no participar, argumentando que el tiempo de preparación era insuficiente para un proyecto de más de 50 mil millones de pesos. Finalmente, tras fuertes críticas públicas y la revelación de conexiones entre directivos de las empresas ganadoras y el gobierno de Peña Nieto, el entonces presidente ordenó la cancelación de la obra.
Sheinbaum busca retomar el proyecto
A una década de la polémica cancelación, Claudia Sheinbaum ha retomado la iniciativa, prometiendo finalizar lo que Peña Nieto no pudo concretar. La empresa ferroviaria Canadian Pacific Kansas City México (CPKC) anunció que la construcción y puesta en marcha del proyecto tomaría cerca de cinco años, tiempo necesario para superar los obstáculos técnicos y administrativos que enfrentó el plan original. Además, se están considerando nuevas paradas en puntos estratégicos como la antigua Estación de Ferrocarril y el Aeropuerto Internacional de Querétaro, lo que podría aumentar el impacto económico de la región.
El renacimiento de este tren no solo representa una oportunidad para mejorar la movilidad entre la capital y Querétaro, sino también para cerrar un capítulo de promesas incumplidas en la infraestructura mexicana. Sheinbaum se enfrenta al reto de llevar a cabo este proyecto en medio de una serie de desafíos técnicos y sociales, pero si logra concretarlo, podría consolidar su imagen como una líder capaz de cumplir los sueños que otras administraciones dejaron en el camino.
Un proyecto con promesas renovadas
Si bien el proyecto del tren de alta velocidad fracasó en el pasado, hoy se presenta como una pieza clave para la estrategia de desarrollo del centro del país. La posibilidad de reducir los tiempos de traslado entre las dos ciudades beneficiaría no solo a los usuarios, sino también a sectores como el comercio, el turismo y la industria. Con Sheinbaum al frente de esta iniciativa, el tren México-Querétaro podría finalmente convertirse en una realidad tangible, trayendo consigo los beneficios prometidos hace más de una década.
El camino no será fácil, pero para muchos, el éxito del proyecto podría marcar el comienzo de una nueva era en la conectividad ferroviaria de México.
Fuente: Milenio
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