México al borde de prohibir la minería a cielo abierto: impactos y controversias

En un movimiento que podría redefinir el futuro del sector minero en México, la Cámara de Diputados ha dado un paso crucial al aprobar dos reformas a la Constitución que buscan prohibir la minería a cielo abierto y el fracking. Estas reformas, impulsadas como parte del paquete constitucional propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero, han generado un amplio debate sobre sus posibles consecuencias económicas y sociales.

La iniciativa, que propone una modificación al artículo 27 de la Constitución, surge de preocupaciones ambientales en torno a las prácticas mineras a cielo abierto. Sin embargo, la propuesta también contempla excepciones, permitiendo que el Ejecutivo Federal, a través de un comité especializado, autorice estas actividades en casos estratégicos para el desarrollo nacional.

La reforma aún debe pasar por un proceso legislativo adicional antes de su posible promulgación en septiembre, lo que ha dado lugar a un intenso cabildeo por parte de la industria minera y sus defensores. La Cámara Minera de México (Camimex) ha sido una de las voces más fuertes en contra de la prohibición, advirtiendo que podría desencadenar una contracción del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) y poner en riesgo más de 200,000 empleos directos, así como un millón de empleos indirectos.

De igual forma, la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (AIMMGM) ha expresado su preocupación, señalando que la minería a cielo abierto representa casi el 60% del valor de la producción minera del país. Según la AIMMGM, prohibir esta práctica podría no solo devastar la economía regional en áreas con alta actividad minera, sino también amenazar la soberanía minera de México, convirtiendo al país en un importador dependiente de minerales.

El futuro del sector minero mexicano podría depender en gran medida de la postura que adopte la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Aunque aún no ha asumido oficialmente el cargo, algunos analistas y líderes empresariales han mostrado un moderado optimismo, sugiriendo que Sheinbaum podría tomar un enfoque más favorable hacia la industria minera que el de su predecesor.

No obstante, la verdadera dirección que tomará el país en este tema no será clara hasta que Sheinbaum asuma la presidencia el 1 de octubre. Mientras tanto, la incertidumbre sobre el futuro de la minería a cielo abierto en México sigue generando preocupación tanto en la industria como entre las comunidades dependientes de esta actividad.