La calidez de la temporada navideña se sintió profundamente en las comunidades cercanas a Orla Camino Rojo, donde más de 1,200 personas se dieron cita para participar en la tercera edición de “Una Navidad en Camino Rojo”. Este evento, que ya se ha convertido en una tradición emblemática, destacó por su enfoque en la convivencia familiar y el fortalecimiento de los lazos comunitarios.
La jornada inició con una ceremonia eucarística cargada de significado, marcando un espacio de reflexión y unión espiritual. A lo largo del día, las familias disfrutaron de actividades para todas las edades: desde inflables y juegos mecánicos hasta cabinas fotográficas que capturaron los mejores momentos.
Sin embargo, el momento más esperado fue la representación teatral de “El cuarto Rey Mago”, una historia llena de valores y lecciones que dejó a niños y adultos conmovidos y reflexivos.
La festividad también incluyó un gesto que se ha vuelto característico de esta celebración: la entrega de juguetes y bolos a los niños, un detalle que llenó de risas y alegría el ambiente. Este sencillo pero significativo acto es un reflejo del compromiso de Orla Camino Rojo con las familias y comunidades de la región.
Más allá de la diversión, “Una Navidad en Camino Rojo” representa la filosofía de la empresa: contribuir al bienestar de las personas que forman parte de su entorno. “Nuestro objetivo es compartir y agradecer, creando momentos que refuercen el sentido de pertenencia y unión”, expresó uno de los organizadores.
Con cada edición, este evento se consolida como una iniciativa que no solo celebra las tradiciones navideñas, sino que también enciende el espíritu de comunidad y esperanza que caracteriza a esta época del año.
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