En medio de las montañas del suroeste antioqueño, el proyecto minero Quebradona —operado por AngloGold Ashanti— presentó su balance de gestión social 2025. El acto tuvo lugar en el parque principal de Jericó, un municipio reconocido por su vocación cafetera, su arquitectura patrimonial y, desde hace años, por el debate que ha generado la llegada de la minería a gran escala.
Durante la jornada, representantes de la empresa compartieron con la comunidad los avances en programas de educación, empleo, medio ambiente y participación ciudadana, ejecutados en los últimos doce meses. Según la compañía, más del 80 % de la mano de obra contratada proviene de Jericó y municipios vecinos como Támesis, Pueblorrico y Tarso.
Resultados y cifras
Entre los logros presentados destaca la puesta en marcha de talleres de emprendimiento para mujeres rurales, cursos técnicos con enfoque ambiental para jóvenes, y jornadas de capacitación en sostenibilidad agrícola. En paralelo, se anunció la reforestación de más de 2,500 hectáreas de bosque andino, así como un sistema de monitoreo hídrico permanente en varias veredas cercanas al proyecto.
“El diálogo con las comunidades ha sido clave para diseñar programas que realmente respondan a sus necesidades. Sabemos que no todos están de acuerdo con el proyecto, pero estamos convencidos de que la mejor forma de avanzar es con hechos, transparencia y escucha activa”, afirmó uno de los voceros de la empresa durante la presentación.
Un territorio dividido
Pese a los avances, el ambiente en Jericó sigue siendo complejo. A la par de los anuncios, persisten voces críticas que cuestionan el impacto ambiental y social que podría tener una mina subterránea en esta zona montañosa, atravesada por numerosas fuentes de agua y con un fuerte arraigo agrícola.
A mediados de junio, once personas fueron señaladas por la Fiscalía tras participar en una protesta contra las actividades de la empresa. Aunque el juez no dictó medidas de aseguramiento, el episodio reavivó el debate sobre el modelo de desarrollo que necesita el suroeste antioqueño.
Organizaciones ambientales y líderes comunitarios han insistido en la necesidad de realizar estudios independientes, especialmente sobre la conectividad de los acuíferos y los riesgos geológicos que implicaría la fase de explotación.
Lo que viene
Actualmente, el proyecto Quebradona se mantiene en fase de exploración, conforme al título minero No. 5881 otorgado por la Agencia Nacional de Minería (ANM), y no tiene previsto presentar un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) durante el año 2025.
Las actividades actuales incluyen perforaciones geológico-geotécnicas e hidrogeológicas, monitoreo climatológico e hidrogeológico, así como ensayos de laboratorio en suelos y rocas, todo encaminado a recopilar información técnica de calidad sobre el subsuelo y el comportamiento del recurso hídrico.
La empresa continúa enfocada en avanzar con responsabilidad en la generación de conocimiento del territorio, en cumplimiento de la normatividad minera y ambiental colombiana.
¿Comentarios?
Déjanos tu opinión.