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México recupera terreno en la minería, pero persisten dudas sobre su política regulatoria

En un contexto global donde la certeza jurídica y la sostenibilidad marcan el pulso de la inversión minera, México ha logrado escalar 25 posiciones en el ranking internacional del Fraser

hace 4 meses

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En un contexto global donde la certeza jurídica y la sostenibilidad marcan el pulso de la inversión minera, México ha logrado escalar 25 posiciones en el ranking internacional del Fraser Institute, pasando del lugar 74 al 49 en la percepción de atractivo para la inversión en minería. Sin embargo, detrás del aparente avance, persiste una sombra de incertidumbre regulatoria que inquieta a los inversionistas.


El nuevo posicionamiento de México refleja una mejora sustancial en la percepción de su potencial geológico. Para los actores del sector, no es sorpresa: el país continúa siendo una de las naciones más ricas en metales preciosos y estratégicos, con vasta experiencia en exploración y producción.


Lo que sí sorprende es el contraste entre ese potencial y el contexto político-administrativo que lo rodea. Las modificaciones recientes a la Ley Minera, las señales mixtas desde las autoridades ambientales y las crecientes tensiones con comunidades locales han generado un terreno ambivalente: fértil en recursos, pero resbaladizo en seguridad jurídica.


“La riqueza geológica de México es indiscutible, pero el marco institucional genera más preguntas que certezas”, declaró un analista del sector, que prefirió mantenerse en el anonimato.


Según el informe del Fraser Institute, mientras la calificación geológica del país aumentó considerablemente, el componente de percepción política sigue mostrando signos de debilidad. Factores como la duplicidad normativa, la falta de claridad en los criterios ambientales y los cambios abruptos en los términos de las concesiones siguen afectando la confianza de las empresas extranjeras.


Paradójicamente, mientras algunos indicadores muestran una reducción en la preocupación por temas como la infraestructura y los servicios públicos, han crecido las alertas respecto a la ejecución de acuerdos con comunidades, lo que pone en evidencia un problema más profundo: la falta de estrategias integrales de desarrollo social vinculadas a la minería.


En el plano regional, México aún se encuentra detrás de países como Chile, Perú y Argentina en términos de atractivo general, lo cual debería ser una señal de alerta considerando el peso histórico de México como potencia minera.


El avance en el ranking, aunque significativo, no debe leerse como una victoria definitiva. Más bien, es un llamado de atención sobre el potencial desperdiciado. México tiene la oportunidad de consolidarse como líder regional si es capaz de generar condiciones estables, transparentes y sostenibles para el desarrollo minero. De lo contrario, su riqueza podría seguir siendo solo un dato en el subsuelo.

Fuente: El economista

Editorial

Publicado hace 4 meses

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